Aurelio Martínez vive sus últimos días al frente de la Fundación
Parece que por previsible la rueda de prensa de Aurelio Martínez no fue importante. El presidente de la Fundación dijo cosas que ya había comentado previamente en otras comparecencias públicas. Sin embargo, las palabras de Aurelio son relevantes por el momento elegido para efectuarlas. Recordando que es el garante de la afición en la venta del club. Dejando entrever la posibilidad de hacer saltar el proceso por los aires dilatándolo durante un año en caso de que la oferta no cumpla con los criterios de responsabilidad social y deportiva.
Por otro lado, se quejó amargamente Aurelio por las críticas recibidas. Si alguien hubiera dicho hace unos años que el presidente de la Fundación propietaria del club iba a ser una persona educada, con facilidad de palabra, rigurosa, optimista, preparada, y con ganas de dejarse la salud por el Valencia, nadie le hubiera creído. Ahora parece que es poco… insensatos. Aún así, da la sensación que desde la mayoría de sectores del valencianismo sí se valora la contribución de los actuales patronos. El aficionado, en este sentido, puede estar más tranquilo con la venta tras las necesarias palabras de Aurelio.
Tras la rueda de prensa, en Madrid, Bankia cerraba la ventanilla de las ofertas y Valencia se convertía en un manual de rumorología. Lo que es evidente es que hay más de una propuesta y que ninguna de ellas es mucho mejor que otra. A partir de ahí, se abre otra fase del proceso y todo apunta a que el comprador del club tardará unos días en saberse.
De la rueda de prensa de Aurelio y del comunicado de Bankia también se puede interpretar que la estrategia de Salvo no ha sido del todo acertada. En cualquier caso, de Singapur, de Arabia vía Londres, o de los Estados Unidos, el Valencia camina irreversiblemente hacia un nuevo destino.
La comparecencia pública de Aurelio, en un día tan significativo, también sirvió para volver a reseñar que habían sido unos idealistas. En Diario de Mestalla sentíamos predilección por el proyecto emprendido desde la Fundación del Valencia basado en una idea romántica del fútbol. Aunque hubiera habido travesía por el desierto, ése, seguro, hubiera sido nuestro Valencia.