Clase magistral

Dani Parejo ha impartido en Getafe una clase magistral de fútbol. Para los ojos del público, los de la crítica y, por supuesto, los de su entrenador que, hasta ahora, no creía en él.


Es de suponer que a partir de hoy, Djukic modificará sus ideas y le concederá más oportunidades.  Su recital matinal lo merece. El centrocampista de Coslada se ha puesto el frac y la chistera,  ha tomado la batuta sin aspavientos ni gestos gratuitos de cara a la galería y se ha puesto a  jugar como los ángeles. Un escándalo. Casi de la misma magnitud que el haberlo tenido en el banquillo y hasta fuera de las convocatorias. El error cometido por Djukic ha privado al equipo de un futbolista de muchos quilates. Al final, se ha impuesto la calidad y se le han abierto las puertas de una titularidad más que merecida.

El binomio Parejo-Banega ha sido el gran legado que Ernesto Valverde ha dejado al valencianismo. El técnico vasco adivinó la compatibilidad entre ambos y supo a ciencia cierta que de ellos debía partir la creación del juego. Un gran acierto. Por vez primera en la presente campaña el argentino y el madrileño han coincidido en el once inicial y han compartido todo el encuentro. Se ha notado. El problema del Valencia no era de correr ni de ganas, sino de lo más elemental: de fútbol. Cuando un equipo no tiene criterio sobre el campo se genera un caos colectivo que termina por confundir  a sus integrantes y arrastrarlos al naufragio. Así ha sido en los últimos encuentros. Djukic y la estructura técnica del club deberían reflexionar en torno a lo sucedido y a las razones que han empujado al equipo a quedar atrapado en semejante desbarajuste.

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