El Valencia se complica mucho su pase a la Final tras perder en Madrid por tres goles de diferencia. Tras realizar una gran primera parte y ponerse por delante en el marcador el equipo dirigido por Baraja pagó su falta de contundencia defensiva.
Decíamos en la previa que el Valencia ya había demostrado saber manejar los tiempos de los partidos decisivos pero que no iba a especular en el Alfredo Di Stéfano en la ida de las semifinales de la Copa del Rey Juvenil. Y así sucedió en la primera parte en la que se pudo ver a un Valencia muy bien posicionado sobre el campo, impidiendo que el Madrid generara fútbol y buscando con peligro el gol. La puesta en escena de los jugadores vestidos de naranja fue muy seria. El equipo dirigido por Rubén Baraja no se había dejado soprender por los locales y, aunque el Madrid tenía más posesión de balón, el Valencia estaba cómodo sobre el campo. En el minuto 20, además, Rafa Mir consiguió adelantar a su equipo en el marcador tras un grave error defensivo del central merengue. El delantero del Valencia se plantó sólo ante Oliveros y resolvió con frialdad anotando el primer gol del partido. El tanto reforzó la idea de juego del Valencia. A los futbolistas dirigidos por Baraja no les importaba que el Madrid aparentemente dominara el choque porque los locales eran incapaces de tener profundidad en el juego. Además, el Valencia seguía llegando con peligro sobre la portería defendida por Oliveros. El equipo de naranja estaba llevando el partido por el camino que más le interesaba actuando con mucho oficio. En el minuto 34 Carlos Soler lanzó una falta muy lejana con potencia y colocación que obligó a Oliveros a realizar una parada espectacular. El Madrid respondió con una buena jugada en en la que Lazo abrió la defensa del Valencia con un taconazo. Al final, afortunadamente, entre Sivera y los zagueros pudieron sofocar la ocasión. En los últimos minutos de la primera parte se concentraron la mayor parte de las oportunidades de gol. El portero madridista se convirtió en el héroe de su equipo sacando un disparo bombeado y envenenado desde fuera del área y deteniendo un chut muy cercano de Zarzo. En la siguiente acción, tras la gran parada de Oliveros, el equipo local consiguió hacer el gol del empate. Del 0-2 se pasó al 1-1 en cuestión de segundos. El Madrid igualaba la contienda gracias a un tanto de Borja Mayoral que realizó una buena jugada individual. El Valencia había hecho el partido perfecto hasta ese momento pero la calidad del delantero merengue niveló el resultado. El equipo de naranja se fue al descanso con el mal sabor de boca de la igualada en el último momento pero con la convicción de que se podía llevar la victoria del Alfredo Di Stéfano
Tal vez por eso el inicio de la segunda parte tuvo claro color valencianista. El equipo dirigido por Rubén Baraja había olido la sangre y quería volverse a Valencia con un buen botín. Sin embargo, la primera ocasión clara fue para el Madrid con un disparo de Cedres desde la frontal del área. A raíz de esta ocasión la tendencia del partido, el control del juego y el dominio territorial, volvió a ser favorable para el conjunto local. El Valencia iba desapareciendo del campo y, además, en el minuto 57, vio cómo el Madrid se adelantaba en el marcador gracias a un disparo de Lazo que tocó en un defensa y despistó a Sivera. El equipo de naranja no encajó demasiado bien el golpe y el Madrid continuó dominando el choque. En el minuto 66 llegó el tercero de los merengues con una jugada en la que Borja Mayoral se la llevó con algo de fortuna dentro del área pero que supo resolver con un zambombazo imposible de detener para Antonio Sivera. El 3-1 en contra era un resultado poco atractivo para afrontar la vuelta y el Valencia estaba obligado a dar un paso al frente. Aún así, al equipo de Rubén Baraja le costó reaccionar y meterse de nuevo en el partido. Un error de Javi Jiménez siendo el último defensa facilitó que el Madrid marcara el cuarto gol.
Demasiado castigo para el Valencia que, con poco que perder, se lanzó al ataque en busca de un gol que abriera la eliminatoria. Lo intentaron los juveniles que mejoraron sus prestaciones pero tampoco tuvieron la fortuna necesaria para conseguir el segundo tanto.
Es evidente que la eliminatoria se ha quedado muy complicada para el Valencia y que el sueño de jugar la Final está más lejos. Sin embargo, esto es fútbol y, tras asumir la decepción, a partir de mañana, habrá que pensar en el próximo fin de semana en clave de remontada. Todo es posible si el Antonio Puchades empuja de verdad. El Valencia no ha dicho su última palabra. Queda Paterna.