Que los patronos acaben con su responsabilidad puede hacer que las partes implicadas en el proceso dejen de medrar y ofrecer un bochornos espectáculo.
Que el proceso de venta está mal formulado desde el principio tiene su reflejo cristalino en lo que sucederá esta mañana. La paradoja de que sea la venta definitiva condicionada resume lo mal que se han hecho las cosas. Desde aquel 10 de diciembre en el que Bankia clavó un puñal por la espalda al valencianismo reventando la junta general de accionistas y Salvo interpretó el papel de sorprendido tras haber estado por la mañana intentando vender el club a Lim, todo se ha hecho de manera chusca y poco profesional.
La articulación del proceso de venta inicial, los remiendos, las filtraciones, la ampliación de fechas para aumentar el importe de las ofertas, los comunicados, la manipulación más burda, las llamadas a la guerra y demás sucesos bochornosos que han acompañado al club estos últimos meses pueden acabar muy pronto y será la mejor noticia.
Hoy se puede dar un paso más. La firma del contrato de compra-venta, aunque condicionada, supone que los patronos dejarán de tener responsabilidad en el proceso. Los focos se concentrarán, exclusivamente, en la negociación Bankia-Mériton y ahí será más difícil que las partes responsables del lamentable espectáculo vivido hasta ahora medren. Esperemos que así sea y se acaben las trincheras.