Ayer Javi Fuego volvió a poner sentido común alrededor del debate generado sobre las aspiraciones del Valencia a raíz de las declaraciones de Nuno en una televisión de Malasia
La televisión de Malasia, país vecino de Singapur y con estrechos vínculos, emitió hace cuatro días una entrevista con Nuno en la que el entrenador portugués hablaba de que los rivales del Valencia eran el "Atlético de Madrid, el Villarreal, el Sevilla y el Athletic". Estas declaraciones han despertado el viejo debate de la ambición en el fútbol. Pensar a lo grande para conseguir grandes metas o ser realista y no vender ilusiones. Hay que entender el contexto de la entrevista que le hicieron al entrenador del Valencia. Es fácil imaginar a Nuno en la sala de prensa de la Ciudad Deportiva de Paterna remitiéndose al "partido a partido" sin identificar tan claramente la jerarquía de los rivales. Sorprendió que en la pretemporada de Alemania, los nuevos, Danilo Barbosa, Ryan e incluso Phil Neville hablaran con facilidad del objetivo de ganar la Liga y la Champions. Ayer, Javi Fuego, volvió a poner sentido común al debate generado y transmitió mejor cuáles deben ser las metas del Valencia que pasan por tratar de ganar todos los partidos que juega.
Así, además de ganar todos los partidos ("la absurda conciencia" que dice Nuno), el objetivo del Valencia este año es mejorar los resultados de la temporada pasada. Por otra parte, no hay elementos para comparar en Europa y el listón en Copa del Rey no está muy alto. Son las ventajas de ser un proyecto nuevo y "continuista", como dijo Javi Fuego. Ahora bien, los puntos que se ha dejado el Valencia en Liga son un gran lastre para lo que queda de campeonato pese a que sólo acabe de empezar. Dijo Nuno que había que recuperarlos "en otros campos" y El Molinón reúne esas condiciones.
Cambiando de tema, queremos matizar algunas interpretaciones que surgieron a raíz del editorial de ayer. Hay quien ha puesto el énfasis en desmentir que el Valencia "está obligado por contrato con Bankia a garantizar el pago de la deuda a través de este concepto (el de los abonos)". Un tema importante que ratificamos pero que es menor en relación a la idea que tratábamos de transmitir en el artículo. Ayer hablábamos de que peligraba la magia de Mestalla porque se está perdiendo la conexión que, desde el partido contra el Basilea, existe entre el equipo y la afición. Colocábamos como primera amenaza la política de precios del club para poder asistir a la Champions League y, en segundo lugar, con una trascendencia que está aún por determinar, la campaña de desprestigio que supuso la salida de Rufete y de Salvo para el entrenador de Peter Lim y del Valencia CF. Una sospecha sobre el proyecto que ha calado más allá de la decepción lógica por la marcha de dos personas carismáticas entre la afición. Es preocupante que Mestalla vuelva a ser un estadio irascible con los suyos y más preocupante aún, que vuelva a ser un estadio sin gente. Si enlazamos ambos temas es porque los dos condicionan el factor campo para el equipo. Desde nuestra opinión, tratamos de evidenciar dos errores con espíritu constructivo. Ojalá no se pierda la magia de Mestalla.