Lo ideal sería que no hubiera cesiones pero para eso se tendrían que dar ciertas condiciones que ahora no se dan.
El Valencia, por norma, ha cedido a sus canteranos como último paso de su formación. Desde Albelda, Angulo y compañía al Villarreal, la mili de Silva en Éibar y Vigo y los trasvases siempre generosos por parte del club de Mestalla al Getafe. Es importante que lo jugadores vivan estas experiencias. Incluso en el peor de los casos, es decir, si no tienen minutos, los futbolistas vuelven más hechos en todos los sentidos.
Comentó alguna vez Nico Estévez que la intención de la Academia del Valencia CF, a largo plazo, era que ése modelo de cesiones se acabara. Para eso, obviamente, el Mestalla debería jugar en Segunda División A. Lo ideal sería, también, que en esas condiciones hubiera un Valencia C que compitiera en Segunda División B o en Tercera. El aprendizaje entre la categoría de plata y la de bronce es muy diferente. Tienen más elementos en común la Primera División y la Segunda A que la Segunda A y la Segunda B que se parece más a Tercera.
En cualquier caso, hasta que no exista esa posibilidad y el Mestalla compita en el grupo III de la Segunda División B las cesiones deberán formar parte de la educación del futbolista antes de dar el salto al Valencia CF. Siempre hay excepciones y las últimas han sido Bernat y Gayà. Mañana llega a Valecnia el equipo de Rober Ibáñez. El Granada no va pagar la indemnización prevista en el contrato de cesión para que el extremo derecho pueda jugar. La 'cláusula del miedo' es lo que tiene. Comentábamos esta semana que el Valencia para el año que viene ya tiene a cuatro futbolistas que pueden jugar por banda derecha: Rober, Nando, Feghouli y Rodrigo. Seguramente, alguno de los canteranos, o los dos, salgan cedidos.