El Valencia gana con cierta placidez al Granada en un partido que, igualmente, exigió que los futbolistas de Nuno hicieran un trabajo serio.
Se preveía la victoria del Valencia y así sucedió en el partido contra el Granada. De todas maneras, no conviene restarle méritos al equipo blanquinegro pese a que el resultado final de 4-0 pueda resultar algo engañoso. El Valencia cumplió con creces porque, a estas alturas de temporada, lo único que importa es conseguir los 3 puntos.
Nuno salió con el equipo previsto, es decir, el mismo que jugó contra el Barça con la única novedad de Gayà en el lateral izquierdo en vez de Lucas Orban. El coliseo valencianista registró una pobre entrada cuando el árbitro señaló el inicio del partido. Si el objetivo por parte de los responsables de fijar los horarios era hacer mella en la asistencia a Mestalla, tras muchos intentos, contra el Granada, casi lo consiguen. Conforme pasaron los primeros minutos los aficionados ocuparon sus localidades y el estadio acabó presentando un buen aspecto.
El partido empezó con los dos equipos conscientes de la importancia de los puntos para sus respectivos intereses. El Valencia, como es lógico, quería encerrar al Granada en su campo y el equipo andaluz, por su parte, no renunciaba a generar peligro. De hecho, la alineación de dos delanteros por parte de Abel Resino fue toda una declaración de intenciones. Los primeros minutos de tanteo se iban extendiendo y colonizaban la primera mitad. Parejo le intentaba dar velocidad al juego cuando el balón pasaba por sus botas pero el Valencia no tenía profundidad por las bandas y era incapaz de darle continuidad al fútbol de ataque. A partir del primer cuarto de hora, eso sí, el equipo blanquinegro empezó a ser más constante con la posesión y a dominar territorialmente el partido. La primera ocasión con cierto peligro llegó en el minuto 23 tras una buena jugada elaborada con paciencia que acabó con un centro de Barragán que remató Parejo con un cabezazo desviado. Acto seguido, un centro de Gayà provocó el saque de esquina previo al primer gol. Parejo botó el córner desde la derecha y Javi Fuego remató al fondo de las redes con la testa.
El Valencia había encontrado la línea de juego y quería seguir con la misma dinámica. Empezó a aparecer André Gomes con más asiduidad y ahora el equipo local, además de dominar llegaba con peligro. Feghouli pudo aumentar las distancias con un disparo con la izquierda desde el borde del área que se fue por poco. El argelino cada vez cobraba más protagonismo y el juego exterior beneficiaba al Valencia. Precisamente, por la banda derecha llegó la jugada que provocó el penalti. Una magnífica combinación entre Feghouli y Barragán acabó con el lateral derecho pisando área y tirándole un caño a Mainz. El defensor argentino no tuvo más remedio que parar la carrera de Barragán en falta. Parejo asumió la responsabilidad de lanzar la pena máxima y se resarció de su error en el Camp Nou anotando el segundo gol con un disparo potente y certero. Era el minuto 40 y el partido se ponía muy favorable para los locales. Y pudo ponerse más de cara si el colegiado hubiera sancionado con tarjeta roja una falta de Insúa a Feghouli cuando el argelino encaraba sólo al portero del Granada.
La segunda parte empezó algo más fría. El Granada quería meterse en el partido pero sus intentos eran más bien tímidos. Sin embargo, el control del juego seguía perteneciendo mayoritariamente al Valencia. Por lo menos en primera instancia porque conforme pasaban los minutos el equipo andaluz iba creciendo. Rodrigo Moreno, en el minuto 60, quiso poner fin al cambio de tendencia del partido con un violento remate desde la izquierda que Roberto sacó con apuros. Después, Nuno hizo el primer cambio dando entrada a Enzo Pérez por André Gomes. Definitivamente el partido se reestructuraba. El Valencia esperaba al Granada en su campo y trataba de rematar la faena al contragolpe. En el 65 el sustituido fue Rodrigo y entró al campo De Paul y, a continuación, Alcácer dejó su lugar a Negredo. Los cambios llegaron en el momento justo para volver a reactivar al equipo que se estaba dejando ir peligrosamente. El Valencia volvió a tomar impulso. De nuevo empezaron a aparecer los jugadores de banda: Feghouli por la derecha y De Paul por la izquierda. Aunque el partido tenía ya poca historia aún reservaba un par de emociones fuertes en forma de goles. El primero gracias a una magnífica y rápida combinación de tiralíneas entre De Paul. Negredo y Feghouli que acabó con el balón en las botas del argelino que definió con la izquierda ante la salida de Roberto. Un justo premio para, probablemente, el mejor jugador del partido. Y en la siguiente acción, en el minuto 87, Álvaro Negredo remató de cabeza a la escuadra contraria un excelente centro de De Paul desde la izquierda. El delantero madrileño seguía con su catarsis personal.
Y así, con goleada, acabó una plácida noche para el valencianismo. El equipo de Nuno recupera la cuarta posición en la tabla y sigue dentro del objetivo Champions.