El filial valencianista cayó por la mínima en un partido poco vistoso. Los valencianistas no encontraron su juego en ningún momento y el Hércules, con muy poco, se llevó los 3 puntos de Mestalla
Puede valer el consuelo de que el Hércules no fue mejor que el Mestalla. O que los blanquinegros dispusieron de alguna ocasión clara en los minutos finales y, que tal vez, el empate hubiera sido un resultado más justo. Pero lo cierto es que el equipo dirigido por Curro Torres no realizó un buen partido. Y eso que el escenario y el nivel de los dos equipos prometían un buen espectáculo
El Valencia abrió el estadio de Mestalla y la afición volvió a responder. Cerca de 5.000 personas vieron el partido. Desde Alicante se anunciaba la presencia de 250 aficionados herculanos pero al final llegaron al millar. Lo más interesante de la primera parte, de hecho, fue el cruce de cánticos entre la Curva Nord y los seguidores alicantinos que convergieron en ‘la manta al coll’. En el campo no había noticias de ninguno de los dos equipos. El árbitro añadió cuatro minutos al final de la primera parte pero bien pudieron ser diez. El partido careció de ritmo y hubo constantes y largas interrupciones. El filial valencianista no se encontró a sí mismo en ningún momento. Los futbolistas desequilibrantes como Nacho Gil, Nando o Salva Ruiz apenas intervinieron. Sí estuvo más activo Iban Salvador pero, como suele ser habitual, con más ruido que fútbol. Los motores del equipo Zahibo y Tropi tampoco funcionaban. No era fácil de definir la propuesta de ninguno de los dos equipos. Había tramos en los que parecía que uno de los dos tomaba la iniciativa pero no hubo ninguna jugada reseñable más allá de un disparo lejano de Àlex López. El delantero catalán y su lucha con los centrales fue de lo poco rescatable de los primeros 45 minutos.
En la segunda parte pareció que el partido tomaba otro impulso. Los equipos se mostraron más ambiciosos pero el juego seguía sin fluir. En el minuto 57 la balanza se decantó a favor del Hércules en la única jugada ofensiva de mérito que trenzaron los visitantes. La sensación era que el equipo se adelantara en el marcador se llevaría el partido y así sucedió con el gol de Chechu. Al Mestalla le tocaba remar a contracorriente. La necesidad de ir a por el partido tampoco supuso un cambio excesivamente notable, por lo menos hasta que llegaron los diez minutos finales. Entonces, el equipo blanquinegro sí empezó a llegar con peligro al área defendida por Iván Buigues. Un potente disparo de Iban Salvador y varios balones colgados al área permitieron creer en la posibilidad del empate. Pero ya no quedaba tiempo para más. El espectáculo ofrecido por ambos equipos fue muy deficiente y los tres puntos se fueron hacia Alicante.