Dirección colegiada

Ayestarán no ha llegado al Valencia para resolver cuestiones lingüísticas, sino para cobrar protagonismo en la preparación de un equipo muy susceptible de ser mejorado.


La principal novedad de los últimos días en el Valencia ha sido la victoria liguera conseguida ante el Espanyol, convertida en un alivio con pocos precedentes tras una travesía del desierto de la que es mejor no hablar y que esperamos haya concluido.

Al final del partido se anunció el regreso al club de Pako Ayestarán, el preparador físico de la etapa de éxitos con Rafa Benítez y que en los últimos tiempos había trabajado ya como entrenador en México e Israel. El entrenador del Valencia, el inglés Gary Neville, anunció tras la victoria ante el Espanyol su llegada para incorporarse a un grupo de trabajo amplio en el que ya figuran Phil Neville, Miguel Ángel Angulo, José Manuel Otxotorena, entre otros, y en el que las barreras idiomáticas restaban más que sumaban.

Obviamente, Ayestarán no ha llegado al Valencia para resolver cuestiones lingüísticas, sino para cobrar protagonismo en la preparación de un equipo muy susceptible de ser mejorado, en el que un entrenador sin excesiva experiencia no ha tocado las teclas clave para reconducir su ruta tras la mala experiencia con Nuno Espirito Santo, el anterior técnico.

Así las cosas, la gestión deportiva del Valencia, me refiero no a la de los despachos (donde, por cierto, la llegada de Jesús García Pitarch como director deportivo supone un alivio casi mayor que el de la última victoria), sino a la del césped, la de los entrenamientos y los partidos, ha pasado a ser colegiada.

Los interrogantes ya circulaban por la sala de prensa de Mestalla en el momento en el que Neville hizo el anuncio de la llegada de Ayestarán. ¿Se trata de un entrenador en cubierto?, ¿es una apuesta de futuro?, ¿supone el adiós de Neville el 30 de junio? Todas las preguntas son razonables y las respuestas afirmativas como mínimo verosímiles. El club ha querido realizar el anuncio de la incorporación de una determinada forma. Creo que ha acertado porque cualquier otra estrategia hubiera generado suspicacias. En estos momentos la decisión adoptada se presenta como un golpe de timón necesario y urgente cuyas consecuencias van a dejarse ver a corto plazo. Si el Valencia cambia su forma de jugar y empieza a demostrar un estilo propio, todos convendremos en que su presencia habrá sido sumamente positiva.

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