El entrenador Nuno Espírito Santo siempre suele ver al equipo mejor de como yo lo veo.
Pocas veces se había jugado tanto el Valencia al principio del curso como en esta temporada. A los deberes de la pasada les quedó pendientes una asignatura que había que aprobar este verano y el equipo logró hacerlo en la convocatoria extraordinaria de Mónaco.
Gracias a ello, el equipo está en Liga de Campeones, lo que permite iniciar el curso con unas perspectivas diferentes, ya que con la participación en la primera competición continental el Valencia va a coger confianza y aunque el futuro se presenta más exigente, las posibilidades de éxito también son mayores.
¿Qué hemos aprendido de la eliminatoria ante el Mónaco? Muchas cosas. Personalmente la primera de ellas es que el entrenador Nuno Espírito Santo siempre suele ver al equipo mejor de como yo lo veo. En sus análisis de los partidos se muestra amnésico respecto a los aspectos negativos del juego al tiempo que ensalza sobremanera las partes positivas. Está bien como estrategia para mantener alta la moral de la tropa, pero puede llegar a confundirnos hasta el punto de hacernos pensar lo que no somos.
El papel del portero Ryan ha contribuido a la clasificación con dos actuaciones más que dignas, aunque ninguna de ellas nos ha hecho olvidar a Alves, mientras que Mustafi se ha convertido en el nuevo Otamendi de la retaguardia del Valencia, con unas maneras que ya empezó a apuntar el pasado año a medida que se iba consolidando en el equipo. Barragán y Gayá han estado en su línea habitual y Vezo, es pronto para juzgarlo, a la altura de la eliminatoria.
De los 40.000 asistentes habituales a los partidos de Mestalla solo faltaba uno por convencerse de que Javi Fuego era fundamental para dar equilibrio del equipo. Lamentablemente se trataba del entrenador, al que le pareció oportuna la idea, a pesar de lo mucho que admira al futbolista, de que el centrocampista asturiano no saliera de inicio en la eliminatoria ante el Mónaco. Con Fuego en el campo, los que le rodean son mejores, en especial Enzo Pérez, que en Mónaco completó uno de sus mejores partidos como valencianista ¿No será que el centrocampista argentino es un 8 o un 10 en vez de un hombre de contención?.
Arriba, Feghouli aparece y desaparece, pero no suele ser una mala idea darle el balón porque con frecuencia inventa algo. En este sentido aporta más que Rodrigo en la banda contraria, en la que Piatti debería ser más tenido en cuenta, mientras que en ataque, si está en buenas condiciones, prefiero a Negredo, con más recursos que Alcácer. Si vamos a tratar de llegar por bajo a la meta contraria, podemos considerar la opción de Paco, pero si Ryan va a sacar en largo, el único con capacidad de bajar el balón es Negredo, que ha empezado la temporada mucho mejor de como acabó en la pasada. Hay mimbres, hay calidad, pero también hay que mejorar y, sobre todo, hay que definir a qué juega esta Valencia. Tiempo, moral y competiciones de máxima exigencia hay por delante para lograrlo.