El equipo dirigido por Nuno visita al Sevilla con la necesidad de mejorar su imagen y el reto de conseguir los 3 puntos
Cuando el Deportivo empató en Mestalla en la jornada 2 Nuno dijo en la rueda de prensa posterior que era necesario restaurar esos puntos en otros campos. A principio de temporada, con el calendario en la mano, la cita del Sánchez Pizjuán se señalaba con prudencia porque el Sevilla es un equipo que compite directamente con el Valencia por los mismos objetivos. Sin embargo ahora, cuando se va a disputar la decimotercera jornada, la necesidad apremia y al equipo dirigido por Nuno sólo le vale sacar los 3 puntos del coliseo sevillista. Y sobre todo, debe transmitir otra imagen. A favor está la referencia del partido de Vigo y en contra todos los demás encuentros: Zenit, Las Palmas, Gante, Levante, Atlético de Madrid… Si Nuno llega discutido al choque es más por las sensaciones que desprende el equipo que por los resultados. Al fin y al cabo el Valencia está a sólo dos puntos de los puestos de Champions en Liga. Pero las vibraciones que desprende el equipo son las de un grupo sin alma que no cree en lo que hace. Por ahí debe ir la primera reacción esta tarde en el Sánchez Pizjuán. Luego el marcador pondrá las cosas en su sitio.
Lo cierto es que el Sevilla no está mucho mejor que el Valencia, de hecho, está bastante peor: tiene cuatro puntos menos en Liga que los blanquniegros y ninguna opción pasar a los octavos de final de la Champions. El clima en contra del entrenador tampoco es bueno en la ciudad hispalense aunque no es tan irrespirable como en la capital del Túria. El Sevilla está siendo un equipo irregular a lo largo del campeonato. Y precisamente esa falta de constancia le hace peligroso. Cuenta con jugadores que pueden resolver partidos independientemente del juego que ofrezca el equipo. Una de las mejores versiones de Banega comanda el centro del campo y a su lado Krychowiak hace de todo y todo lo hace bien. Arriba Konoplyanka es la mayor amenaza. Ver que en el banquillo hay jugadores como Llorente, Inmobile o Reyes más que alivio genera intranquilidad.
Valencia y Sevilla llegan tan revueltos al duelo que la rivalidad de los últimos años, que tuvo su apogeo en la semifinal de la Europa League de hace dos temporadas, ha quedado en un segundo plano. Eso no significa que el Valencia no se vaya a encontrar un ambiente hostil. De hecho, la presencia del equipo de Nuno puede servir de elemento cohesionador para el sevillismo. El Valencia deberá saber gestionar esas emociones y convertirlas en favorables. El Pizjuán, en ese sentido exige mucho. Sólo los equipos con personalidad son capaces de sacar algo positivo del campo del Sevilla y por ahí el Valencia tiene una prueba de fuego.
Nuno llega a la cita con muchas bajas: las sabidas de Piatti, Barragán, Negredo, Rodrigo Moreno, Mustafi y Diego Alves y con la duda de última hora de André Gomes que no participó en el último entrenamiento. El viernes Nuno ensayó en Mestalla un once con cinco mediocentros: Javi Fuego, Parejo, Enzo, André y Danilo. Algo parecido a lo que hizo en el Calderón pero con un centrocampista más sobre el terreno de juego. Tal vez la idea inicial del técnico portugués era controlar el partido en el Pizjuán a través de la posesión. Sin embargo la posible ausencia de André Gomes puede hacer cambiar los planes de Nuno.
Para el Valencia es imprescindible conseguir los 3 puntos por lo comentado en el primer párrafo. Si no es capaz de sacar adelante los partidos en casa contra rivales teóricamente inferiores y no lo remedia ganando en campos complicados, la temporada acabará siendo desastrosa. En cualquier caso, independientemente de las urgencias y de las circunstancias de cada equipo, esta tarde noche en Sevilla se podrá ver, a priori, uno de los partidos más atractivos de la Liga.