El Valencia CF sigue siendo un avispero. Pese a que en la reciente reunión de Singapur se impusiera la tesis de Mateu Alemany sobre la continuidad de Marcelino, a nadie se le escapa que el destino del entrenador asturiano sigue ligado a los próximos resultados del equipo. No en balde, el Valencia se juega hoy el pase a cuartos de final de la Copa del Rey ante un equipo de Segunda División y, finalizada la primera vuelta en Liga, sólo suma 23 puntos.
El pasado jueves, antes de viajar al país asiático, el director general compareció ante los medios de comunicación y no se atrevió a decir que Marcelino continuaría al frente del equipo pasara lo que pasara contra el Valladolid, como sí hizo en la previa del partido contra el Huesca. En esas condiciones, no era difícil interpretar, por pimera vez, un ultimátum. Así de curioso es el fútbol que, pese al empate contra un recién ascendido, el entrenador salió reforzado. Al menos durante el partido. Fue emocionante ver la celebración de Mestalla del abrazo de Dani Parejo al técnico asturiano. También, el apoyo incondicional de la grada hasta el final. Eso sí, en la sala de prensa, como advertimos la semana pasada, Marcelino no anda fino. Ante los medios de comunicación, el entrenador sólo apeló a la mala suerte enlazándolo con el análisis global de la temporada. Es cierto que el Valencia mereció ganar contra el equipo pucelano pero nada tuvo que ver la fortuna en el hecho de que, con el marcador a favor, el cuerpo técnico decidiera retrasar un cambio para que no coincidiera con el del Valladolid y así perder tiempo. O que, en un momento determinado, los jugadores renunciaran a un contragolpe prometedor y prefirieran contemporizar el juego. Son detalles sin relación con la suerte y que influyen en cómo se gestiona el partido. Por otra parte, aunque desaparezca del relato interesado, existió una polémica jugada al final del encuentro en la que el Valladolid fue claramente perjudicado por el árbitro. Así las cosas, no es el momento de seguir poniendo excusas. Felizmente, sí hubo alguien que hizo la lectura necesaria de lo sucedido en Mestalla. Dani Parejo, en redes sociales, envió un mensaje de optimismo y ambición.
De la comparecencia de Mateu Alemany, también conviene destacar el anuncio del cambio de director de la Academia del Valencia CF. Sorprende las escasas explicaciones aportadas por el director general ante un tema de tal envergadura. Siempre se ha dicho, porque es verdad, que el trabajo de cantera debe ser a largo plazo. Además, se puede hacer porque, en principio, la presión por obtener resultados inmediatos es menor que en el entorno del fútbol profesional. Mériton, sin embargo, lleva cuatro directores de escuela (más uno interino) en cinco años. Además, con características muy diferentes. Se ha pasado de Alesanco, que se presentó en Valencia declarando que había tenido que quitar «cosas del currículum porque no cabían», a un perfil bajo como el de Luis Martínez. El hecho de que la transición la vaya a supervisar Sean Bai, remite, directamente, al club que existía antes de que llegara Mateu Alemany con todo lo que eso supone. Sería injusto prejuzgar el trabajo de los nuevos responsables pero alguien debería explicar cuál es el plan que se va a seguir. Cabe recordar que el director del área técnica, Pablo Longoria, tampoco ha hablado nunca públicamente. Hasta entonces, sí se puede decir que la conducta errática de los gestores del club con la Academia es muy poco recomendable. Así, es difícil que el actual director general sostenga un discurso basado en la estabilidad deportiva.
En tercer lugar, generó bastante conmoción entre la afición, las palabras de Mateu Alemany en referencia a que la Copa no era una competición prioritaria para el club. Sin duda, un desatino. Como si caer eliminados en casa ante un rival de inferior categoría no fuera una mancha histórica para la entidad. Como si la posibilidad de ganar un título fuera poco aliciente para una plantilla diseñada para jugar tres competiciones y que ya ha fracasado en la Champions y va camino de hacerlo en Liga. Esperemos que esta noche se imponga el mensaje de Parejo y que la remontada contra el Sporting le dé un nuevo aire al equipo. Nunca es mal momento para recuperar la esencia. Bronco y copero. Es lo que Mestalla espera.