El estadio valencianista ha sido reivindicado desde muchos sectores y ahora vuelve a ser tratado como merece
El viejo coliseo valencianista, la casa de los seguidores del club del murciélago está viviendo un aniversario emocionante, a la altura de su dilatada y gloriosa historia. El estadio, inacabado tras la última reforma ideada por Paco Roig, ha pasado de ser un trozo de cemento descuidado a volver a ser motivo de orgullo del valencianismo. En este punto hay que poner en valor el trabajo realizado por la web 'Ultimes Vesprades a Mestalla" que, a través de los vivencias de los aficionados, ha construido un relato aglutinador e íntimo de una excelente calidad literaria. La iniciativa derivó en un libro imprescindible para el valencianismo.
Y es que, Mestalla, a diferencia del coronel, tiene quien le escriba. De hecho, fue el primer estadio al que se le dedicó un libro obra de nuestro colaborador Paco Lloret. Este año, por su 90 cumpleaños, el periodista valenciano ha vuelto a narrar la historia del templo en una edición más completa y cuidada.
También, obviamente, ha contribuido en este proceso de rejuvenecimiento de Mestalla la reforma emprendida en el viejo estadio a principios de temporada. Algunos criticaron la medida por ser más efectista que efectiva. Probablemente, son incapaces de sentir el orgullo que produce poder presumir del estandarte del club, del lugar donde se ha escrito la historia durante 90 años. Lógicamente, la relación afectiva que establece el aficionado con su estadio escapa a los que no sienten esa pasión.
Y para finalizar la temporada vuelve el filial a Mestalla. Lo hizo el pasado domingo y lo hará el próximo. Y por si fuera poco, el sábado, los juveniles pisarán el césped del coliseo valencianista. Mestalla está más vivo que nunca. Es nuestra casa, reivindiquémosla.