La venta del club ha vuelto al primer plano informativo y el procedimiento sigue dejando mucho que desear
El proceso de venta sigue su curso irregular, igual que lo hacía la semana pasada y la anterior. La diferencia es que antes el foco informativo estaba puesto en la remontada. Ahora que el fútbol ya no manda parece que la designación de los nuevos propietarios del club se enreda pero, en realidad, es el mismo lío de siempre. Salen nuevas informaciones y nuevos nombres. Algunos, unos días le adjudican un papel al presidente de la Fundación y, al día siguiente, lo sitúan en el bando contrario.
Conviene intentar darle un poco de tranquilidad a la situación dentro de que sea natural que la afición, o parte de ella, vaya tomando posiciones. Sin embargo, por mucho que quieran algunos se hace difícil imaginar que, al final, la oferta ganadora sea Cerberus. Desde el principio, los fondos buitres eran la peor opción. Ahora que parece que hay inversores no meramente especulativos interesados por el Valencia sería un contrasentido adjudicarle la venta a al supuesto favorito de la entidad bancaria y la Generalitat.
Por eso, sería interesante confiar en que la presencia de Aurelio Martínez, tal y como ha expresado y defendido siempre, es una garantía de que el futuro del Valencia estará en buenas manos. Paciencia, menos guerras y menos intoxicación sería la fórmula ideal hasta llegar al día 17 de mayo.