Las alarmas apagadas II

El filial está pasando la segunda crisis de la temporada


Esta es la segunda crisis que pasa el Mestalla en la temporada. Con motivo de la primera que puso a Nico Estévez y al propio Rufete en el disparadero hicimos un editorial titulado 'Con el Mestalla las alarmas apagadas'. Ahora la situación es parecida aunque quedan menos jornadas. Sin embargo, los críticos, tienen menos munición para atacar después de que Nico Estévez, tras su paso por el primer equipo, demostrara ser un entrenador de futuro y de que Rufete haya hecho maravillas en el mercado de invierno.

La delicada situación del Mestalla se debe a varias circunstancias. En primer lugar, y aunque sea un recurso fácil, está faltando la suerte. Ya no en los partidos como a principio de temporada sino en el aspecto físico de los jugadores. Lo último ha sido la lesión de Carlos Delgado que se pierde el resto de la temporada siendo el pilar básico de la defensa. Pero no es el único. Ha habido varias jornadas en las que Nico Estévez no ha tenido necesidad de hacer descartes porque iba con lo justo e incluso ha tenido, en más de una ocasión, que completar la lista con jugadores juveniles. En segundo lugar, y este problema es más profundo, la configuración de la plantilla tiene algunas deficiencias. En este punto conviene hacer hincapié en las motivaciones que definen al filial. El principal objetivo del Mestalla es cubrir las necesidades de la primera plantilla y, paralelamente, en un segundo plano, debe aspirar a lo máximo en el torneo que juegue. En esta doble misión se producen algunas incoherencias que quedaron expuestas cuando Djukic necesitó un central derecho para su equipo. En ataque el Mestalla es Chumbi o la nada. Un futbolista más que resultón y que está cumpliendo con su labor pero que no puede jugar con la primera plantilla. Hiroshi fue un jugador caro para la categoría y la semana pasada quedó en evidencia que su contratación se debió más a motivos comerciales que a deportivos. El futbolista, con su equipo en crisis, emprendió un viaje con Amadeo Salvo rumbo a Japón para vender la marca Valencia en vez de quedarse con sus compañeros a preparar el partido contra el Nàstic. Y luego, como ya hemos apuntado, el filial tiene que lidiar con su verdadera razón de ser: nutrir de futbolistas a la primera plantilla. Es previsible que se quede sin Gayá de forma permanente, Portu ya faltó la pasada jornada e incluso Rober, con la baja de Piatti, debería haber tenido alguna oportunidad.   

Y aún así, habiendo detectado algunos de los problemas que hacen que el Mestalla actualmente se encuentre en una posición comprometida con posibilidades de perder la categoría, seguimos manteniendo que las alarmas deben estar apagadas. En primer lugar porque su entrenador ha demostrado que es más que válido. El Mestalla es un equipo trabajado que hace las cosas bien dentro del campo. En segundo lugar, las propias características del grupo III de la Segunda B hacen que si ganas tres partidos seguidos puedas pasar de luchar por el descenso a mirar a los puestos de ascenso. El equipo, pese a su juventud, debe pasar una complicada prueba de madurez. No se tiene que dejar llevar por la mala dinámica de resultados. El plano mental, de aquí a final de temporada será fundamental. En este sentido, ayudará que los chavales sientan el calor de la afición valencianista. También que el entorno haga análisis con conocimiento de causa y no, únicamente, dejándose guiar por lo que marca la clasificación. En cualquier caso… Amunt Mestalla!

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