La baja de Piatti está trastocando más de lo esperado el fútbol del Valencia
Abducidos por el mensaje de Pizzi de rebajar la euforia y, en vista de que la victoria de ayer está siendo interpretada como una muestra irrefutable del espíritu ganador del equipo, nos vemos en la obligación de rebajar el optimismo. Los tres puntos obtenidos en Mestalla se deben, fundamentalmente, a un golpe de suerte. Los blanquinegros, pese al recital de Parejo, no consiguieron en ningún momento imponer su juego al del rival. En la primera parte, de hecho, el equipo andaluz tuvo más ocasiones que los valencianistas. Las sensaciones durante el encuentro fueron que el Granada estaba haciendo el partido que había programado mientras que al Valencia no le estaba saliendo nada.
La baja de Piatti está siendo demoledora para el fútbol del Valencia. Ha sumido a Pizzi en la confusión. Tras el experimento de poner a Parejo de interior izquierdo en Nicosia, ayer, el futbolista de Coslada, tuvo que hacer, en la primera parte, de canalizador de juego, extremo derecho y lateral izquierdo. No se explica bien que, frente al Granada en Mestalla, se juegue con dos mediocentros defensivos y Paco Alcácer se quede en el banquillo. Por otro lado, alguien debe decirle a Fede que, en fútbol, lo difícil es hacerlo fácil.
Así las cosas y pese a todo, la victoria afianza el proceso de crecimiento del equipo. Pero el partido de ayer debería tener lecturas más críticas más allá de valorar el esfuerzo de los futbolistas y los tres puntos obtenidos.