Tiempos revueltos

Hay motivos para echar a Nuno y, aunque no lo crean, los hay para que permanezca. Peter Lim debe ponerlos en una balanza, decidir y, además, debe comunicarlo.


Las razones para destituir a Nuno pasan porque el Valencia se ha quedado con muy pocas opciones de acceder a los octavos de final de la Champions compitiendo en un grupo asequible. En Liga el equipo ha dejado escapar puntos que seguramente pasarán factura a final de temporada. Pero sin duda, lo más preocupante es la imagen que está ofreciendo el Valencia en el terreno de juego. La falta de intensidad es síntoma claro de que los jugadores no están al cien por cien con su entrenador y cuando eso pasa las opciones de sacar los partidos adelante son nulas y las posibilidades de volver al estado anterior escasas. El técnico portugués ha tomado decisiones equivocadas evidentes. Ha evolucionado al equipo por el camino equivocado y, en función de lo que se ve en el campo, ha perdido la confianza del vestuario. Se ha entrado en una dinámica negativa de la que es muy difícil salir.

Los motivos para no destituir a Nuno hablan de un proyecto a largo plazo y de una apuesta personal de Lim. De que las temporadas empiezan en agosto y acaban en junio y de que el año pasado se consiguieron los objetivos. De los referentes del Barça de Cruyff y del Manchester de Ferguson que no ganaron ningún título en sus dos primeros años. En definitiva, argumentos que exigen, o paciencia por parte de la grada, o personalidad para ejecutarlos. Pedir lo primero con la imagen que está trasladando el equipo es complicado y lo segundo está por ver.

Lo que conviene precisar es que hay motivos que se están esgrimiendo que Peter Lim no va a tener en cuenta. Se están poniendo en la balanza argumentos que no van a tener peso. Se crea una falsa expectativa antecedente necesaria de más frustración. No es nada constructivo. Peter Lim nunca va a reprocharle a Nuno que sea el culpable de echar a Salvo y Rufete porque esa decisión la tomó él. Tampoco le va a recriminar la planificación deportiva, ni los fichajes que ha hecho, ni el perfil de plantilla joven, ni la relación con Jorge Mendes porque, todo eso, es cosa suya. Y, por supuesto, no va a echarle en cara que le esté trasladando una realidad distorsionada porque Peter Lim es consciente de todo lo que se dice en Valencia. Volvemos a lo mismo. Por no atacar al máximo accionista se le hace pasar por un pelele. Hay algo que no cuadra.

Nunca fuimos partidarios de la venta del club pero no nos consta que Peter Lim esté saqueando las arcas del Valencia. Más bien al contrario. Su proyecto deportivo, por tanto, debería tener cierto margen de confianza con o sin Nuno. Ahora bien, inevitablemente, otra de las razones que deberá contemplar el máximo accionista a la hora de tomar la decisión sobre el entrenador es la crispación que se está generando. Por eso se impone que el empresario de Singapur dé un paso al frente. Sea para un lado o para otro y explique sus razones. Qué argumentos pone en la balanza y cuáles pesan más. Y ya que estamos, que diga públicamente cuál es el proyecto deportivo que propone, qué pretende fichando jugadores jóvenes y cuál es su filosofía de club. Terminaría con muchos equívocos y rebajaría el grado de virulencia del entorno.

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