La situación empieza a ser insostenible…
Ayer el Valencia desperdició de la peor manera una preciosa oportunidad para estar en octavos de final de la Champions League. Los dos partidos que ha disputado el equipo de Nuno contra Gante dejan la lectura de que los blanquinegros, aplicando un poco de intensidad, son sumamente superiores a los belgas. Se demostró en la primera parte en Mestalla y ayer en el segundo periodo, con muy poco, el Valencia consiguió igualar las fuerzas. Y sin embargo, se ganó de milagro en la ida y en Gante se perdió.
No es fácil explicar qué le ocurre al Valencia. Ya no es que no juegue bien o no esté acertado de cara a portería. La realidad de ayer es que el equipo, directamente, no estuvo. Viendo el partido se podría pensar que los jugadores están preparando el terreno para la destitución de Nuno. Sin embargo, todos ellos han llegado de la mano de Mendes o han obtenido una renovación gracias al criterio del técnico portugués. Entonces ¿Por qué Santi Mina (por poner un ejemplo) no es capaz de hacerle las coberturas a Gayà? No es una cuestión de estar más o menos acertado, en un tema más simple y a la vez más profundo. Reglas básicas de esfuerzo para que la afición, al menos, no se sienta avergonzada de su equipo.
Decíamos ayer que Peter Lim iba a juzgar a Nuno por los resultados y que la afición debería hacer lo mismo. Ahora que peligra la clasificación para los octavos de final de la Champions League Mestalla se carga de razón para pedir su cese. Ayer se repitió la sensación de que los jugadores no creen en el responsable técnico y la suma de sensaciones acaban convirtiéndose en evidencia. Este es un poderoso motivo para cambiar el rumbo a través de una decisión drástica. Lo primero que debe recuperar Nuno para el próximo compromiso contra el Celta es la actitud de sus futbolistas. Eso sí, la tormenta en el coliseo valencianista está asegurada independientemente de lo que ocurra en el partido de Balaídos. La situación empieza a ser insostenible.