Nunca está de más hacer memoria pero el club pide avanzar tras un proceso de venta demoledor.
Hoy hemos abierto el periódico con el éxito de los equipos infantil y cadete de la Fundación que fueron creados hace dos años como parte del plan de viabilidad para evitar la asistencia financiera. Aurelio Martínez ha dicho muchas veces que él y su junta fueron unos románticos al pensar que era posible que Bankia renovara los plazos de los créditos. Quizá, más romántico aún hubiera sido democratizar el club como decía Varona. Ya nos hemos referido alguna vez al hecho de que Salvo demostró mucho más ardor e ímpetu persionando a Bankia y a la Generalitat para defender la opción de Lim que para buscar una solución que no implicara la venta.
Estos días en los que se le da la vuelta a todo conviene recordar a la Plataforma Bar Torino que, en el último momento, seguramente ya tarde, quiso reivindicar para la posteridad que hubo una minoría de valencianistas que mostró su rechazo a que las acciones del club fueran vendidas.
Ahora, de todas maneras, más que hacer memoria sobre aquellos días ya pasados, sería deseable que la entidad y el entorno se centraran en el presente y en el futuro. La realidad es que Mériton es el máximo accionista y, de momento, ha demostrado contar con profesionales diligentes, serios, trabajadores y cercanos a la afición. Da la sensación de que son conscientes de lo que significa el Valencia. Durante estos últimos meses han dado muchas muestras de ello. Eso no quiere decir que a los actuales gestores no se les deba pedir explicaciones, por ejemplo, en la relación que tiene Lim con el Benfica. Es un tema que no es nuevo y que aquí pusimos de relieve hace tiempo. Últimamente, el hecho de que el club portugués no hiciera pública la cifra del traspaso de Cancelo en el mercado de valores es inquietante. Pero, más allá de esa cuestión, que sí es realmente importante, volver a plantearse asuntos superados impedirá que el Valencia avance.