La renovación de Gayà llena de orgullo a todos los valencianistas
Hoy no es el día para analizar el escabroso proceso de renovación de José Luis Gayà, las tácticas empleadas por unos y otros y el papel desempeñado por los altavoces mediáticos. Hoy es un día para ser feliz porque un chico de Pedreguer ha devuelto a los valencianistas la fe en el romanticismo. Gayà jugará en el Valencia renunciando a cobrar más en otros equipos. Ya habíamos asimilado el hecho de que los canteranos quisieran salir del club aunque, al menos desde aquí, poníamos el grito en el cielo cuando lo hacían por debajo de su valor de mercado como en el caso de Bernat o Jordi Alba. Ahora, los chicos de la casa ya no se van ni por mucho dinero ni por poco, quieren triunfar aquí.
El futbolista
Gayà ha dado una lección de valencianismo. Con naturalidad, sin aspavientos, con frialdad y madurez le ha dado un golpe en el mentón al fútbol negocio. Gayà nos da razones para creer, nos llena de orgullo y nos permite soñar con un futuro mejor. El lateral izquierdo de Pedreguer ya tiene un sitio en la historia del Valencia al lado de Arias, Fernando, Claramunt o Puchades que en su día renunciaron a ganar más dinero por jugar en el club de su vida.
El club
Ya dijimos que la renovación de Alcácer era un símbolo de los nuevos tiempos. En este caso, la ampliación de contrato de Gayà supone un efecto multiplicador de esta idea. El Valencia ha entendido a tiempo que era necesario hacer un esfuerzo. Y también, los agradecimientos deben ir en esa dirección. Es un golpe sobre la mesa… 'Hem tornat'.