Rufete debe decidir el futuro de Djukic
Criticar que Rufete sea el nuevo director deportivo carece de mucho sentido. No existen elementos para juzgarlo. Le avala la capacidad de trabajo que ha demostrado estos cinco meses al frente de la Academia pero tampoco se puede decir lo contrario de su antecesor. Rufete, eso sí, a diferencia de Braulio, podrá aprovecharse de una estructura moderna y de mejores medios para organizar su trabajo.
No estuvo fino el presidente diciendo que él no puede echar a Djukic porque él no le trajo. Está bien que quiera remarcar que no va a entrar en la parcela deportiva pero lo puede hacer sin poner en el disparadero al actual técnico valencianista.
Ahora Djukic está un poco más sólo, precisamente, cuando el equipo empieza a dar tímidas señales de vida sobre el campo. Habiéndose generado la duda sobre su continuidad sería conveniente que, cuanto antes, Rufete definiera la situación del entrenador serbio para bien o para mal. Un clima de incertidumbre no es lo más aconsejable para trabajar. Precisamente ahora que el equipo empieza a dar señales de vida en el campo es cuando más en el aire está la figura del entrenador. Esto puede generar aún más dudas