Ayer el Valencia y el PSV hicieron oficial el traspaso de Guardado
Andrés Guardado demostró en su paso por el Valencia ser un excelente profesional y un buen jugador. Nos llama la atención el poco reconocimiento que tuvo en su día y las facilidades que ha dado el club para que se marche por 3 millones de euros. Muchas veces, cuando se pregunta por las cualidades de Enzo Pérez se hace referencia al gran Mundial que disputó con Argentina. Sin embargo, ese argumento, misteriosamente, no sirve para Guardado que en Brasil marcó la diferencia con México. Tampoco, el hecho de ser un futbolista versátil capaz de jugar de interior, de extremo, de lateral e incluso de mediocentro le ha valido para ganarse la estima de la dirección deportiva. Y más aún, ni siquiera ha despertado interés en el Valencia la circunstancia de que Guardado sea un icono mediático y publicitario en su país que, desde una perspectiva económica, es un gran mercado.
El PSV, por cierto, no es el Getafe, con todos los respetos para el club madrileño. Allí los aficionados holandeses le han llegado a dedicar un mosaico con cartulinas de colores formando la bandera de su país. Aquí, sin embargo, el mexicano nunca tuvo tirón ni entre los medios de comunicación ni entre los aficionados. Como dice el tópico ‘el fútbol es así’.
La última vez que Guardado jugó con el Valencia lo hizo en el Emirates Stadium el pasado verano y dio un recital en el centro del campo al lado de Parejo precisamente contra el Benfica. Buscando explicaciones, tal vez al mexicano le haya pesado llegar a Valencia gratis y de la mano de Braulio Vázquez. Afortunadamente, ese supuesto lastre no ha sido tal para Javi Fuego. O por lo menos, el asturiano ha tenido más oportunidades de revertirlo.