Nuno ha pecado de falta de autocrítica y los jugadores asumen su mensaje
Si el Valencia tiene un problema endémico es el de tener un vestuario acomodado. No hay cuestión que genere más desapego entre la afición y los jugadores. Rafa Benítez lo detectó y lo cambió de forma literal. El entrenador madrileño mandó reformar el aspecto del vestuario de Mestalla para que se asemejara al de cualquier polideportivo municipal. Se quitaron las fotos de los jugadores y demás elementos decorativos para que los futbolistas supieran de dónde venían y adónde iban.
Precisamente ése espíritu es el que trata de implantar Rufete que siempre ha priorizado el hecho de que los futbolistas valoren al club en su justa medida. El Valencia no puede considerar aceptable bajo ningún concepto haber perdido tantos partidos fuera de casa contra rivales de menor jerarquía. Por eso no suenan bien las palabras de Feghouli y Rodrigo De Paul minimizando los tropiezos a domicilio.
Pero el verdadero responsable es Nuno. El entrenador portugués siempre ha tenido un discurso público falto de autocrítica. Entendíamos, por lo obvio, que dentro del vestuario diría otras cosas. Sin embargo, parece que los análisis que hace el míster ante la prensa son los mismos que hace ante sus futbolistas. Nuno tiene una gran baza a su favor. Maneja un grupo de futbolistas muy joven y la mayoría de ellos no vienen contaminados por la mentalidad de otras épocas. El técnico de Valencia debería aprovechar esta circunstancia para crear un grupo de jugadores hambriento e inconformista. La autocomplacencia en este club no es una opción. Se puede perder pero no se debe asumir la derrota como algo natural o buscar excusas donde no las hay.