El equipo de Nuno dejó muchas sensaciones positivas en su visita a Ipurúa
Alguna pega se le puede poner al Valencia CF ayer pero pocas. Faltó algo de pausa durante la primera hora de juego para controlar más el partido y quizá, el planteamiento ofensivo no se vio reflejado en la actitud con la que salió al campo el equipo, demasiado contemplativa. Pero en general el Valencia hizo un partido muy completo en un estadio en el que no es fácil jugar.
Por el contrario caben rescatar muchos aspectos positivos del paso del equipo blanquinegro por Ipurúa. El Valencia sigue demostrando tener mucha riqueza táctica. Nuno empezó con un 4-3-3, probó con un 4-4-2, la semana pasada empleó un 4-2-3-1 y ayer jugó con un 3-5-2. Además, este ultimo sistema tiene dos versiones: cuando los carrileros son extremos como Feghouli o Piatti, o cuando son laterales como Gayà o Barragán (ayer curiosamente el Valencia atacó más con un perfil más defensivo por las bandas). La versatilidad en los planteamientos permite afrontar los partidos en función del rival con más recursos pero además demuestra que los jugadores se dejan modelar por su entrenador. Nuno sigue teniendo convencida a su plantilla y eso es lo fundamental en un vestuario.
Y luego están los análisis personales. Orban o De Paul volvieron a brillar ayer con luz propia. La defensa en general ofreció un rendimiento espectacular no concediendo ninguna oportunidad al rival. Y en ataque ilusiona ver la química que a fogonazos se aprecia entre Alcácer y Negredo. Parece que ambos son perfectamente complementarios, principalmente porque son dos jugadores de calidad que entienden el fútbol perfectamente. En su sociedad, Negredo fija a las defensas y Alcácer aprovecha los espacios.