El Valencia no es capaz de superar al Celta en Mestalla y deberá obtener los 3 puntos en el último partido de Liga para asegurarse su participación en la Champions
Muchos invitados a la fiesta valencianista pero uno demasiado incómodo. El Celta de Vigo fue capaz de arruinar la consecución del objetivo de la temporada y dejar a la parroquia blanquinegra con la incertidumbre una semana más.
Mestalla recibió el premio a la mejor afición con un lleno espectacular. Antes, el equipo había sido recibido en los aledaños como en las grandes ocasiones. Nuno salió con el once previsto, su equipo más repetido a lo largo de la temporada y los jugadores lucieron su nombre en nepalí en solidaridad con el país asiático víctima de dos terribles terremotos.
El partido empezó con el Valencia decidido a tomar ventaja cuanto antes. El equipo de Nuno dominaba territorialmente y empezó a llegar con peligro muy pronto. Primero con un remate de cabeza de Javi Fuego y después con un centro de Gayà que se paseó en paralelo a la línea de gol. Sin embargo, en el minuto 7, el Celta se puso por delante en el marcador con un remate de cabeza de Pablo Hernández tras saque de esquina.
La afición respondió animando a su equipo pero los jugadores, al menos en primera instancia, acusaron el golpe. En toda la temporada el Valencia sólo se había puesto por detrás en el marcador en Mestalla en una ocasión, la única vez que ha perdido contra el Barcelona. El Celta se iba sintiendo cada vez más cómodo y tenía más presencia ofensiva que el equipo local.
Se llegaba al minuto 20 y en Mestalla empezaba a haber división de opiniones. Sin embargo, con el primer ataque del equipo blanquinegro con cierto peligro el coliseo valencianista volvió a rugir. Al Valencia le costaba pero, poco a poco, fue retomándole el pulso el encuentro.
El partido entró en una fase de excitación a la media hora de juego. André Gomes disparó demasiado cruzado raso y sintió molestias. Mientras estaba siendo atendido Parejo hizo un caño en tres cuartos de campo que levantó a la gente de sus asientos y lejos, a kilómetros, en el Sánchez Pizjuán, marcaba el Almería. Nuno se vio obligado a hacer la primera sustitución retirando a André Gomes y dando entrada a Enzo Pérez. El momento de efusividad duró poco y el partido volvió a caer en el ritmo monótono que le interesaba al Celta.
Antes de llegar al descanso el Valencia tuvo su mejor ocasión hasta ese momento. Feghouli envió un pase maravilloso a Gayà en profundidad y el lateral de Pedreguer puso un centro raso al primer palo al que llegó, como siempre, Paco Alcácer. Sin embargo, el portero vigués, Álvarez, estuvo atento y no se dejó sorprender. La ocasión sirvió para darle un nuevo impulso al equipo local. Sin embargo, no quedaba tiempo para más.
El segundo periodo empezó con una buena ocasión de Feghouli pero su disparo se marchó alto. En la siguiente acción el gol aún estuvo más cerca con un cabezazo de Otamendi que se estrelló en el larguero. El Valencia había salido en tromba. Era lo que exigía el partido y el equipo blanquinegro lo seguía intentando, esta vez, con un disparo de Piatti desde dentro del área tras una buena jugada de Enzo Pérez. El Celta esperaba encerrado en su campo, agazapado para salir al contragolpe. El Valencia tenía la actitud pero le faltaba precisión.
Nuno decidió hacer el segundo cambio de su equipo y dio entrada a De Paul por Piatti en el minuto 58. El Valencia seguía acumulando situaciones de peligro, en esta ocasión, tras una gran jugada colectiva y una última combinación de Feghouli y Paco Alcácer que acabó con un disparo del delantero de Torrent que obligó a Sergio Álvarez a realizar una gran intervención.
El Celta respondió con una oportunidad de Larrivey que tuvo que sacar Diego Alves con dificultades. El partido se había roto y se había convertido en un correcalles. El Valencia se volcaba en ataque y dejaba muchos espacios atrás. Nuno, en el minuto 58 decidió cambiar a Piatti por De Paul.
Parejo, tras no estar muy acertado en la primera parte, tomaba el mando y surtía de balones a los jugadores ofensivos. El Sevilla empataba en el Pizjuán y el nerviosismo llegaba a Mestalla. En el minuto 70 Nuno hizo un cambio que gustó en a la parroquia valencianista, quitó a un defensa, Mustafi, y dio entrada a Álvaro Negredo. Quedaba la ofensiva final. Justo en el momento en el que el Sevilla marcaba el segundo en Almería llegó, por fin, el gol en Mestalla. Parejo lanzó un falta muy lejana y el bote del balón, antes de llegar a la portería, obligó a Sergio Álvarez a despejar en corto. Por allí apareció Otamendi para remachar el balón a las redes.
El coliseo valencianista entraba en ebullición y los jugadores aprovechaban el impulso para lanzarse a por la remontada. El equipo blanquinegro apretaba y llegaba a la portería celtista por todos los frentes. De Paul estuvo cerca de hacer el segundo para su equipo con un disparo que despejó Álvarez.
El partido entraba en los últimos diez minutos y el Valencia quería certificar el trabajo de todo un año con un gol más. El equipo estaba volcado y el Celta no renunciaba a dar la sorpresa. Había mucho hueco entre las líneas del Valencia que, además, jugaba con solo tres defensas. Nolito estuvo a punto de conseguir el segundo para su equipo. Había que correr riesgos porque con el resultado del Pizjuán daba igual empatar que perder, ambos marcadores obligaban al Valencia a ganar en Almería en la última jornada. El Valencia estaba algo precipitado en su juego pero a fuerza de empujar encerraba al equipo vigués en su campo.
Sin embargo, el equipo blanquinegro no pudo volver a superar a Sergio Álvarez pese a todos los intentos. La decepción llegó cuando el árbitro señaló el final del encuentro. Aún así la afición despidió a su equipo entre aplausos. No es para menos, el equipo necesita todo el apoyo posible ante el reto final, dentro de siete días en Almería.