Sin remontada en Mestalla

El gol en el minuto 17 del Espanyol fue una losa demasiado pesada de levantar para el juvenil A del Valencia que ya tenía que remontar un 1-0 en contra de la ida. El equipo de Rubén Baraja campeón de Liga, despide la temporada sin haber mostrado su potencial en las competiciones de ámbito nacional


Cerca de 300 personas en Mestalla para ver el partido de vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey juvenil que enfrentaba al Valencia y al Espanyol. Había una pequeña representación de familiares de los blanquiazules y desde Murcia se fletó un autobús para apoyar al delantero centro blanquinegro Toni Martínez. El mero hecho de jugar en el coliseo valencianista fue un premio para todos los jugadores. También para los periquitos pero sobre todo para los del Valencia. La derrota, sólo por eso, fue algo menos dolorosa.

El juvenil A presentaba muchas bajas para afrontar el partido. En línea de ataque los dos delanteros, Borja y Peralta estaban sancionados, Fernando Cano y Tendillo convocados con el Mestalla y Sito, Nacho Vidal y Álex López lesionados. Así las cosas tres futbolistas del juvenil B, de 16 años, entraron en el once inicial de Rubén Baraja. Lato por el lateral izquierdo, Javi Jiménez en el mediocentro y Toni Martínez en la delantera tuvieron también la oportunidad de debutar en Mestalla. El resto del once fue el habitual con Fran López en el centro de la defensa por Tendillo y Aarón en la banda derecha que, a lo largo de la temporada ha alternado la titularidad con David Martínez.

Podía preverse que el Valencia, necesitado de la remontada, saliera en tromba pero el partido empezó igualado. El Espanyol bien situado en el campo y el Valencia intentando llevar la iniciativa del juego sin éxito. Poco a poco, los jugadores blanquinegros fueron mostrando sus virtudes: Javi Jiménez y Tropi se hacían con el control del medio campo y por la banda izquierda Nacho Gil y Lato empezaban a suponer una amenaza para la zaga espanyolista. Así llegaron un par de ocasiones. En la primera, Nacho Gil no pudo conectar con rotundidad una volea tras un centro templado de Aarón. En la segunda, Tropi disparó desde fuera del área con peligro. Sin embargo, en el minuto 17 el Espanyol aprovechó un error en el centro del campo para montar el contragolpe y adelantarse en el marcador. El partido se ponía complicado y la eliminatoria prácticamente imposible. Principalmente, porque al Valencia le afectó demasiado el golpe. En ningún momento dio la sensación de que los futbolistas entrenados por Rubén Baraja confiaran en darle la vuelta a la situación. Había que marcar tres goles y el Valencia apenas creaba oportunidades de gol. El Espanyol, con el viento a favor, hacía su partido, cuando podían jugaban y cuando no, defendían con solvencia. Así se llegó al final de la primera parte, con cierto empuje por parte del Valencia en búsqueda del gol del empate pero sin demasiada incidencia en el marco defendido por el portero espanyolista.

Rubén Baraja dio entrada a Maiki por Javi Jiménez en el descanso. El Valencia lo intentaba pero el Espanyol, a la contra, creaba problemas. El técnico valencianista continuó con los cambios en busca de darle un vuelco a la situación del partido. Salió David Martínez por Aarón, Rulo por Lato y Gilabert por Tropi. Cuando parecía que los blanquinegros, por fin encerraban al Espanyol en su campo llegó el segundo tanto periquito. Era el minuto 70 y el lateral izquierdo del Espanyol Aarón marcó un golazo de falta. Este fue el golpe definitivo para el Valencia, el que acabó con las pocas esperanzas que aún albergaban los futbolistas. La mejor para los blanquinegros parecía ser que el árbitro pitara el final. Pero antes de que lo hiciera el Espanyol consiguió el tercero. Una jugada de Jafar acabó con penalti y expulsión de Pizana que en la salida en la que derribó al delantero espanyolista pareció tocar el balón. Salió al campo Sivera pero no pudo detener la pena máxima lanzada por el propio Jafar. Ya no había nada que hacer. La eliminatoria se había perdido en Barcelona y, las opciones de remontada se diluyeron en el minuto  17 en Mestalla.

Ha sido un triste epílogo para un equipo campeón que no ha superado la reválida de la Copa de Campeones y la Copa del Rey. La buena noticia es que estos futbolistas están en periodo de formación y ayer, de alguna manera, cumplieron con su destino: han nacido para jugar en Mestalla.

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