El equipo de Gary Neville debe dilucidar en Málaga si puede aspirar a pelear por un puesto en Europa o centrarse en evitar el descenso.
El Valencia, desde que Gary Neville asumió la dirección técnica, ha jugado bien y ha perdido y ha jugado mal y ha ganado. También, ha jugado mal y ha perdido. Ha cosechado empates ofreciendo un rendimiento irregular y en definitiva, no ha sido capaz de mantener una línea continuada positiva de juego y de resultados. Por eso, el equipo blanquinegro vive en la indefinición. Hace tres jornadas, después de haber estado diez partidos sin ganar, el objetivo parecía claro: salvar la categoría. Pero las dos victorias consecutivas frente al Espanyol y el Granada dieron otra perspectiva del horizonte competitivo. Ahora, ese prisma ha vuelto a desvanecerse tras el 0-3 en Mestalla contra el Athletic. Por eso, el equipo de Gary Neville en Málaga debe aclarar si quiere mirar hacia arriba o hacia abajo. Si el Valencia gana lo habrá hecho ante un rival directo y si pierde habrá jugado contra un equipo que tiene otros objetivos.
El Málaga está haciendo una temporada más que decente dadas sus limitaciones presupuestarias y se encuentra un punto por encima del Valencia. Javi Gracia ha vuelto a construir un equipo competitivo pese a que los mejores jugadores abandonaron la entidad el pasado verano. En invierno han llegado futbolistas interesantes como Atsu, Chory Castro o Uche. En cualquier caso, no parece que ninguno de los tres vaya a jugar de titular. El equipo malacitano sí tiene una apuesta decidida de juego que pasa por ser protagonista del partido a través de la pelota. El futbolista clave es Ignacio Camacho y el máximo goleador del equipo el delantero centro Charles que lleva los mismos goles que Alcácer.
Precisamente el delantero de Torrent puede ser una de las novedades del once que presente Gary Neville en la Rosaleda ya que en los dos últimos partidos el titular ha sido Negredo. La situación del Valencia que puede volver a ser de emergencia si pierde, obliga al entrenador inglés a matizar la política de rotaciones. Parece difícil que Neville prescinda hoy de jugadores como André Gomes, Parejo, Mustafi, Gayà o Cherysev que perdieron contra el Athletic el pasado domingo. Los que no estarán seguro respecto al encuentro disputado en Mestalla son Enzo Pérez, que arrastra molestias, Cancelo sancionado y Santi Mina por decisión técnica. Además, continúan en la lista de bajas por lesión Abdennour y Bakkali. La ausencia de Enzo, tal y como señaló Neville en sala de prensa, abre la puerta al once a Javi Fuego. El bajón de rendimiento del asturiano esta temporada también sirve para tratar de explicar qué le está sucediendo al equipo este año, irreconocible en relación al de la campaña pasada.
La indefinición del Valencia también tiene que ver con la idea de juego que pretende instaurar Gary Neville. Es difícil detectar cuál es la propuesta del entrenador inglés. Parece evidente, en cualquier caso, que el equipo blanquinegro debe, en primer lugar, afianzar su estructura defensiva. Es imposible ganar partidos con desajustes como el que produjo el primer gol del Athletic en Mestalla. De hecho, es difícil asimilar que un equipo de Primera División pueda defender tan mal como lo hizo el Valencia en el tanto de Sabin Merino.
Por ahí puede ir la clave del partido. Si el equipo de Neville mejora defensivamente va a tener muchos argumentos para llevarse el duelo porque nadie duda del potencial ofensivo de los blanquinegros. Otra de las claves será ver cómo gestiona el Valencia los diferentes momentos de partido. El carácter del equipo quedó en evidencia el domigno pasado cuando el Athletic marcó el primer gol. La reacción y la posibilidad de mirar hacia arriba en la tabla pasan porque los jugadores demuestren fortaleza mental. Si no, habrá que hacerse a la idea de que el Valencia, esta temporada, debe mirar hacia abajo.