Un gol de Aduriz en el minuto 75 imposibilitó la remontada del equipo de Gary Neville que hizo el partido casi perfecto.
Las expectativas antes de empezar el partido de vuelta de los octavos de final de la Europa League estaban por los suelos entre la parroquia valencianista. Pero cuando los equipos saltaron al campo, Mestalla creyó en la remontada. Volvió el espíritu de Basilea y la gente empezó pitando las posesiones del Athletic y rugiendo cuando el Valencia tenía el balón.
El equipo empezó con la actitud adecuada para que el ánimo no decayera. En el primer minuto el Valencia tuvo una buena oportunidad con un saque de falta desde la frontal pero Rodrigo Moreno no estuvo excesivamente fino en el lanzamiento.
Se cumplían los primeros cinco minutos de juego y los equipos todavía estaban tomándole el pulso al partido. El Athletic trataba de darle pausa a través de la posesión. Aduriz, en el minuto 8, tuvo la primera ocasión para el equipo visitante. El Valencia por su parte quería, lógicamente, un ritmo alto aunque le faltaba precisión.
Dijo Gary Neville que el primer gol iba a ser determinante y el Valencia golpeó primero. Una buena incorporación de Gayà por la izquierda acabó con centro al área y dejada de Rodrigo Moreno para el remate de Negredo. Herrerín detuvo el disparo de ‘El Tiburón’ pero Santi Mina llegó primero al rechace para poner el balón dentro de la portería y llevar la locura a las gradas.
Ahora sí, Mestalla creía a ciegas en la remontada. André Gomes espoleaba a la afición con sus arrancadas desde el centro del campo. Todo el equipo estaba en ese estado de excitación necesario para ofrecer un poco más del cien por cien.
El Valencia esperaba al Athletic con la defensa adelantada y no daba opciones a los atacantes vascos. Con el balón, el equipo blanquinegro trataba de salir rápido al contragolpe pero faltaba algo de tranquilidad. Se cumplía la media hora de juego y ninguno de los dos equipos tenía presencia ofensiva. Daba la sensación de que había bastante miedo entre los jugadores, ninguno arriesgaba demasiado.
En el minuto 33 Vezo pisó área, ganó la línea de fondo y su centro fue rematado por André Gomes con dirección a la portería. Desafortunadamente el esférico golpeó en Negredo. El Valencia estaba haciendo daño por las bandas las pocas veces que los laterales se incorporaban al ataque.
Cada saque de esquina era celebrado por la grada de Mestalla con la pasión de las grandes ocasiones. Y por ahí llegó el segundo gol. El córner desde la derecha acabó con el balón en la otra banda en las botas de Gayà. El lateral de Pedreguer puso un centro templado y por ahí apareció imponente Santos para enviar, de un testarazo, el esférico a la escuadra. La remontada ya era una realidad y Mestalla era una fiesta. Ryan se recorrió todo el terreno de juego para unirse a la montonera que celebraba el gol. Era el minuto 37 y el Valencia estaba en estado de gracia. Poco después pudo llegar el tercero en otra jugada eléctrica que acabó con un remate de André Gomes rozando el palo.
En el minuto 43 el Athletic dio señales de vida con un disparo de Susaeta que resolvió Ryan con solvencia. En el saque de esquina posterior San José enganchó un disparo desde la frontal del área que obligó al australiano a volver a hacer una gran intervención.
El partido llegó al descanso con Mestalla entregada a su equipo. La segunda parte exigía no cometer errores, seguir con el corazón caliente y mantener la cabeza fría.
Empezó ael segundo periodo y el Valencia seguía transmitiendo buenas sensaciones. Seguía replegado sin hacer concesiones y en ataque todos los jugadores estaban inspirados empezado por André Gomes y acabando por Vezo.
Gayà, en el minuto 52, hizo una gran jugada individual que levantó al público de sus asientos. La mejor noticia era que el descanso no había cambiado el rumbo del partido. El Athletic seguía medio grogui y los futbolistas del Valencia se gustaban. Los minutos, en cualquier caso, pasaban muy lentos.
El Valencia ganaba todos los balones divididos. En el minuto 62 el equipo blanquinegro estuvo a punto de hacer el tercero tras otra gran jugada de Vezo por la derecha que sirvió el balón a Rodrigo Moreno. El hispano brasileño, dentro del área, se fue de su marcador pero Herrerín aguantó bien en el mano a mano. Finalmente, Rodrigo dio el pase de la muerte que acabó en las botas de Gayà. El disparo del lateral de Pedreguer se fue alto. El Valencia estaba empezando a merecer claramente el tercer gol. Lo cierto es que el equipo de Gary Neville estaba irreconocible.
En el minuto 67 el técnico inglés hizo el primer cambio dando entrada a Parejo por Javi Fuego. Inexplicablemente, un sector de Mestalla pitó al 10 blanquinegro. El cambio fue obligado por la lesión del mediocentro asturiano y se demostró determinante. El Valencia perdió la iniciativa táctica. En el minuto 74 ingresó al campo Feghouli en lugar de Rodrigo Moreno. El final del partido cada vez estaba más cerca pero un minuto después llegó el gol de Aduriz que volvía a poner al Athletic en ventaja en la eliminatoria. Para que la fatalidad fuera completa, la jugada vino precedida de unas claras manos de Susaeta. Un jarro de agua fría que dejó helado a la parroquia valencianista.
Aún quedaba tiempo pero el gol fue demoledor para el ánimo de los jugadores. El Valencia necesitaba un revulsivo pero Alcácer seguía calentando en la banda. Poco a poco el equipo se iba reponiendo del golpe. Mestalla volvió a entrar en ebullición. En el minuto 82, por fin, salió Alcácer en lugar de André Gomes.
Quedaba la épica. El empujón final. Alcácer estuvo a punto de llegar a un centro de Vezo en el 84 que era medio gol. El Athletic ya no salía de su campo. Un minuto después Herrerín salvó a su equipo. Parejo puso el balón a Negredo dentro del área. ‘El Tiburón’ hizo una magnífica dejada para la llegada de Alcácer pero el portero del Athletic se hizo gigante en el remate a bocajarro del delantero de Torrent.
Mestalla brindaba su último aliento al equipo. El árbitro añadió cinco minutos al tiempo reglamentario. Quedaba la última. Una falta en el borde del área. Mestalla empezó a corear a Parejo. El centrocampista de Coslada lanzó con potencia y colocado pero su disparo se marchó ligeramente desviado. Ya no había tiempo para más. El mejor Valencia caía eliminado de la Europa League. Mestalla despidió a su equipo con aplausos. Perder así siempre está permitido.