Derrota y despropósito final de Neville

El Valencia dio la cara durante la mayor parte del partido pero el Atlético de Madrid se llevó los 3 puntos de Mestalla. Un cambio surrealista de Neville a petición popular cerró una noche que será tristemente recordada.


Mestalla pidió la entrada de Negredo porque el Valencia iba perdiendo pero Neville, ante la expulsión de Santos, decidió, en primera instancia, sacar a Abdennour. El técnico inglés finalmente cedió a la presión popular pero a la afición valencianista se le olvidó decirle a Neville que no sacara del campo a Javi Fuego. No se puede estar en todo. La  situación estrambótica que generó el entrenador del Valencia, en cualquier caso, no fue determinante para que el equipo blanquinegro perdiera el duelo contra el Atlético. Lo cierto es que hasta el minuto 76 el Valencia hizo un partido más que interesante. El planteamiento de Neville estuvo a punto de dar sus frutos ante un rival de postín.    

Mestalla presentó una de las mejores entradas de la temporada aunque no se llenó. El ambiente fue espectacular. Dijo Gary Neville en la previa que el Atlético trataba de obligarte a jugar a su manera y que no debían caer en esa trampa. Su propuesta para recibir al conjunto de Simeone fue un Valencia sin Parejo. El técnico inglés dispuso sobre el terreno de juego a Diego Alves, Cancelo, Mustafi, Aderllan, Siqueira, Javi Fuego, Enzo Pérez, André Gomes, Feghouli, Cherysev y Alcácer. La declaración de intenciones anunciaba que el Valencia renunciaba a ganar el partido a través de la posesión.

El equipo blanquinegro empezó dispuesto a igualar en intensidad al Atlético de Madrid.  Ritmo alto que Mestalla siempre agradece y potencia. El Atlético de Madrid, como era previsible, tampoco tenía mucha intención de llevar la iniciativa del juego. El equipo colchonero no sufría en defensa y protagonizó el primer acercamiento con cierto peligro con un disparo de Koke.  

Se llegaba al primer cuarto de hora sin un dominador claro pero con un equipo plano, el Valencia, y uno con más colmillo, el Atlético de Madrid que generó otra acción de peligro en las botas de Vietto.

El equipo colchonero cada vez estaba más cómodo sobre el terreno de juego y encerraba al Valencia. En el minuto 18 Griezmann obligó a Alves a hacer una buena estirada para despejar el balón y en el saque de esquina siguiente Vietto remató completamente sólo.

El equipo de Gary Neville salió del letargo con una jugada no exenta de polémica. Diego Alves sacó de portería, Alcácer peinó, y el balón acabó en las botas de Feghouli que en el momento de pisar el área cayó derribado. Fue desolador comprobar cómo ningún jugador blanquinegro fue a reclamarle nada al colegiado. En el saque de esquina posterior, tras el rechace, Cherysev envió un disparo con mucho peligro que detuvo Oblak con problemas.  

Poco duraron las señales de vida del Valencia porque en el minuto 23 Griezmann hizo el primer gol del partido con un disparo seco, raso y colocado desde fuera del área.

Tocaba, otra vez, remar contracorriente. Tal vez la costumbre de empezar perdiendo hizo que el Valencia reaccionara de forma contundente. En el minuto 27 el equipo blanquinegro trenzó una  gran jugada que acabó con una genial dejada de Alcácer dentro del área para la incorporación de Cherysev y el remate certero del ruso a las redes de la portería de Oblak.

El gol revitalizó al equipo de Neville y a Mestalla. El impenetrable Atlético de Madrid ya había mordido el polvo una vez. El partido volvió a la indefinición del principio. Los equipos se conformaban con esperar el error del rival. Alcácer estuvo a punto de aprovechar uno de Giménez y después la tuvo el Atlético tras un fallo de Santos. Afortunadamente no fue a mayores.

Aún así, se empezaba a percibir el plan del Gary Neville que consistía en esperar atrás con salidas rápidas tras la recuperación de balón. Alcácer, en el minuto 37, le sirvió de nuevo a Cherysev un balón de oro en un gesto técnico de muchos quilates pero el ruso, esta vez, no estuvo tan acertado en la definición.

El partido llegó al descanso y Enzo Pérez ya no volvió a salir al terreno de juego por problemas físicos. Su lugar en el campo lo ocupó Danilo Barbosa lo que evidenció que Neville estaba satisfecho con su planteamiento.

La segunda parte empezó con claro dominio por parte del Atlético de Madrid. El Valencia asumía encantado el rol de defender pero lo cierto es que el equipo de Simeone conseguía llegar a la portería de Alves.

El Valencia también tenía presencia ofensiva y en el minuto 58 Alcácer desaprovechó un gran pase interior de Feghouli que le dejó solo ante Oblak. Perdonaba el Valencia y también el Atlético de Madrid. O, más bien, Alves salvó al Valencia tras un disparo de Vietto que también golpeó en el larguero. El partido estaba abierto.

En el minuto 60 Gary Neville hizo la segunda sustitución dando entrada a Rodrigo Moreno por Cherysev. El Valencia seguía intenso y Mestalla apoyaba a su equipo sin fisuras. El Atlético apretaba con la presencia de tres delanteros tras la incorporación de Torres al terreno de juego.  Como el plan no le acababa de funcionar rectificó después dando entrada a Carrasco por Vietto.

Y en el 71 llegó el segundo gol del Atlético de Madrid tras un saque de esquina mal defendido porque Torres remató sólo en el segundo palo. El Valencia ahora necesitaba algo más que esperar atrás y buscar el contragolpe.

Así lo entendió el equipo que tomó la iniciativa del juego  y se lanzó a por el gol del empate. Carrasco estuvo a punto de sentenciar el partido en el minuto 76 tras una gran jugada individual y un disparo que se fue por poco.

La posible remontada se complicó en el minuto 80 cuando Santos vio la segunda amarilla. Negredo estaba dispuesto a salir justo antes pero Neville decidió dar entrada a Abdennour que se despojó del chándal. Mestalla se rebeló ante la decisión pidiendo a Negredo y el entrenador inglés sucumbió a la presión y acabó dándole la alternativa a ‘El Tiburón’ que salió por Javi Fuego. Una situación surrealista.

 En el minuto 85 Carrasco certificó la victoria del Atlético de Madrid y los aficionados colchoneros entonaron el ‘Neville quédate’ y muchos valencianistas enfilaron la puerta de salida antes de que acabara el partido.

Y así terminó otra noche triste en Mestalla. Con el despropósito de Neville y el sabor a derrota cada vez más recurrente en el coliseo valencianista.

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