La ilusión del año

El Valencia e enfrenta al Ludogorets en la ida de los octavos de final de la Europa League. El equipo de Pizzi parte de favorito pero los búlgaros ya fueron capaces de eliminar al Lazio y son el equipo más potente de su país.


Foto: Dulce Sotos Valero - Último entrenamiento del Valencia antes de viajar a Bulgaria

Foto: Dulce Sotos Valero – Último entrenamiento del Valencia antes de viajar a Bulgaria

Bulgaria es una país con una gran tradición futbolística que consiguió su mayor hito en el Mundial del 94 con aquella generación en la que estaban Kostadinov, Balakov, Stoichkov, Ivanov, Letchkov e incluso Lubo Penev que no pudo acudir a la cita mundialista en la que su selección quedó cuarta por la enfermedad que le apartó durante un tiempo del mundo del fútbol. Hay equipos que suenan de la vieja de Europa como el CSKA de Sofía o, en menor medida el Levski. Pero el Ludogorets, rival del Valencia esta tarde es un completo desconocido. Y no es de extrañar. El equipo de la pequeña localidad de Razgrad fue fundado hace trece años. Se puede decir que el equipo búlgaro es un caso único en el fútbol internacional y eso debe mantener alerta al Valencia. Hace dos años debutó en la Primera División búlgara y consiguió la triple corona: Liga, Copa y Supercopa. El título de Liga lo volvió a reeditar el año pasado, por eso, en un pestañeo, el Ludogorets se ha convertido en el equipo más potente de su país. El centro del campo está compuesto por dos internacionales búlgaros Dyakov y Zlatinski, aunque este último no podrá jugar por sanción y en ataque la principal amenaza es el delantero esloveno Bezjak. El Ludogorets tiene un campo para 6.000 espectadores por lo que juega la Europa League en Sofía, a 300 kilómetros de casa, en un campo cuyo aforo supera el número de habitantes que tiene Razgrad. El estadio Nacional Vasil Levski con capacidad para 43.000 espectadores se llenará, el Ludogorets ha generado la simpatía de todo el país y el partido es un acontecimiento nacional para el fútbol búlgaro.

Por todos estos motivos el equipo de Pizzi ni puede confiarse pese a partir como favorito en la eliminatoria. Además del rival que eliminó al Lazio en dieciseisavos de final el Valencia cuenta con una importante baja en la zona media. Dani Parejo, el canalizador del juego del equipo blanquinegro no ha viajado a Bulgaria por estar sancionado. En función de las pruebas realizadas por Pizzi en el último entrenamiento el técnico argentino presentará una alineación aparentemente defensiva alejada de cualquier asomo de confianza. Dos mediocentros de perfil defensivo como Javi Fuego y Keita y dos laterales en la banda derecha. El Valencia encara la competición como la última posibilidad para dar una gran alegría a su afición. En la rueda de prensa previa Pizzi abandonó su discurso del 'partido a partido' y compartió la ilusión del entorno por ganar el título. Teniendo en cuenta cómo mide sus palabras el entrenador del Valencia la declaración es significativa. El Valencia tiene clara su ambición. Se llama Turín, sede de la final. Pero antes hay que ganar al Ludogorets.  

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