Carboni: «Valencia es una ciudad que apetece a los inversores»

Muchas informaciones apuntan a que Amedeo Carboni es la cabeza visible de una de las ofertas de compra del Valencia. El italiano ni confirma ni desmiente pero a buen entendedor… Además, o sobre todo, Carboni es un mito de la historia del club. Llegó al Valencia con 32 años y permaneció nueve temporadas en la entidad viviendo la época dorada de principios de siglo. Es el futbolista más veterano en ganar un título europeo y el segundo más veterano en disputar un partido de Liga. Era un lateral izquierdo completo, con la clásica competitividad italiana, difícil de superar en el uno contra uno y capaz de realizar buenos envíos al área cuando se incorporaba al ataque. Después siguió vinculado al club en el cargo de director deportivo bajo el mandato de Juan Soler pero sus desavenencias con el entrenador Quique Sánchez Flores acabaron con su despido. Le falta para completar su carrera ser presidente. Veremos qué sucede.


EL PRESENTE

– ¿A qué se dedica Amedeo Carboni en la actualidad?

Trabajo en la televisión italiana en Mediaset. En un programa muy amplio que se emite todos los días de la Champions League con Arrigo Sachi y otros grandes ex jugadores. Y sigo viajando mucho para ver partidos, para ver jugadores

– ¿Es Amedeo Carboni la cabeza visible de alguno de los inversores que tiene interés en quedarse con el Valencia?

Estoy pendiente de lo que está pasando como ex jugador, como ex responsable del área técnica. Quiero mucho al Valencia y siempre estoy interesado y me apasiona. Sé que hay un proceso de venta con muchos inversores y no sé, yo conozco a mucha gente pero contar cosas que aún no han pasado no es serio. Si algún día puede pasar algo, o yo puedo estar en este club, estaría muy contento y muy feliz del volver al Valencia.

-¿Ha contactado algún posible inversor con usted?

Lo bueno que tiene mi trabajo es que estoy viajando siempre y conoces a mucha gente y hay muchas personas interesadas en el Valencia. Es un sitio que interesa o puede interesar porque son inversiones importantes. El dinero que hay que pagar por entrar es mucho pero Valencia es una ciudad que apetece.

– ¿Por qué hace unos años existía la creencia de que nadie iba a invertir en el Valencia?

Hay que dividir los inversores. Los que miran a largo plazo que quieren recuperar el dinero en un tiempo bastante largo y están los buitres que quieren pagar poco y hacer dinero en un par de años. Hay que diferenciar. Ahora bien, por lo que ha visto mucha gente, las propiedades del Valencia, lo que ofrece la ciudad aunque no sea un buen momento económico, el club ofrece un margen de ganancia importante, que dentro de un futuro largo, aquí se puede volver a vivir como hace siete u ocho años.

– ¿Qué le parece la labor que está desarrollando Rufete?

Es difícil desde fuera opinar. Sería una falta de respeto decir que me gusta o no me gusta. Creo que no es un trabajo fácil y cada uno intenta aportar lo que sabe o lo que puede.

– ¿Cree que la idea de potenciar la cantera, dar unos valores a los futbolistas para crear una identidad es válida? ¿Qué opina del proyecto Gloval?

Lo que pasa es que entre decir y pensar de hacer y los hechos hay mucha diferencia. Si me fijo en el filial no sé cuantos hay en el primer equipo. Los que hay ya estaban de antes. Este año se ha construido un filial que no va muy bien. No es lo más importante pero se han gastado bastante dinero. Cuando Djukic ha necesitado a alguien del filial no ha podido coger a nadie.

– ¿Qué le parece el presidente Salvo?

Todo lo que la gente aporta para hacer algo mejor, o que ellos piensan que es lo mejor, siempre lo veo bien. Luego el tiempo dirá si lo que se ha hecho, se ha hecho bien, o se ha hecho mal. Como en el caso de Rufete, es difícil enjuiciar desde fuera y sería una falta de respeto. Yo tampoco soy la persona más indicada para decir si lo está haciendo bien o mal. Tengo mi opinión pero me la guardo.

– ¿Cómo ve el papel que está desempeñando la Generalitat?

La Generalitat ha respirado ahora porque estaba ahogada hace unos meses con el tema de aval que no era una estupidez. Era un aval muy importante y estaban los intereses políticos y los del banco. Hay muchos intereses alrededor del aval. Hoy por hoy, tener un aval de 130 millones con el Valencia viendo que hay gente que no tiene trabajo es complicado.

EL DIRECTOR DEPORTIVO

– ¿Qué pasó con Quique Sánchez Flores?

Yo confío mucho en la gente, no soy desconfiado. Este es un mundo, el del fútbol, imagino que como otros, en el que cada uno mira a lo suyo y la gente prioriza que funcione lo suyo por delante de lo del club y yo no soy así. Mi error fue confiar en gente que le daba igual el club, que miraba lo suyo y no el bien del club.

– ¿Hubo campaña mediática a favor de Quique Sánchez Flores?

Esto son cosas que pasan. Si tú a los medios que tú quieres, que son "amigos", les sueltas todo lo que no les tienes que soltar es normal que te apoyen. Por eso te digo que la gente mira más a lo suyo que por el bien del club. Y éste, si pudiera volver atrás, sería un punto fijo a la hora de volver a entrar en el Valencia: éste y éste fuera porque si no, no voy a entrar. Porque conozco a mucha gente de ahí y sé que muchos trabajan por su cuenta. Para que salga bien él en el periódico, para que nadie le pueda criticar van soltando cosas. Miran a sí mismos y no miran el bien del club. Esto he aprendido.

– Usted llegó de la mano de Juan Soler ¿Cómo valora su paso por la presidencia?

Hay gente que lo juzga como nefasto, otros como malo y otros como menos malo pero creo que es la única persona que ha metido dinero propio y esto hay que valorarlo. Cuando veo a Juan le saludo, él me echó pero no le guardo ningún rencor porque es buena persona. Se dejó influir por otros que son unos buitres. Para mí ha sido una persona importante en mi carrera porque me ha permitido poder entrar en un trabajo importante. Ha sido el único presidente que ha perdido algo suyo de verdad y esto hay que valorarlo.

– Perdió usted el pulso con Quique Sánchez Flores, se fue usted y a los meses echaron a Quique ¿Qué pensó?

Es algo normal. Al final los defectos salen fuera. Puedes tener una campaña a favor pero al final todo sale fuera. La verdadera pena es que no hubo ningún beneficiado y el único perjudicado fue el Valencia. Soy italiano, este club me ha dado mucho pero yo también he dado mucho a este club.

EL FUTBOLISTA

Se retiró con 41 años…

Y algo más

Con 41 años y unos meses ¿Cómo es posible?

La suerte un poquito. Mantenerse físicamente pero sobre todo la pasión. La pasión por un trabajo, la pasión por un deporte, la pasión por tener la adrenalina a cierto nivel. Lo que mueve todo es la pasión. Si no  tienes pasión en un trabajo te saldrá bien un año, dos, pero no durarás en el tiempo.

Y además de la pasión no cabe duda de que hay que ser buen profesional para llegar a esas edades

Con el pasar del tiempo te das cuenta de que vienen los chavales que corren más. Pero al final, el juego del fútbol no es sólo correr. Hay más cosas. Me gustaba servir de referencia a los más jóvenes. La generación que estuvimos nosotros ganamos mucho porque éramos buenos profesionales, gente que se cuidaba mucho. Cuando llegaba un joven o uno nuevo se fijaba en esto. Llegábamos los primeros y muchas veces éramos los últimos en salir y esto es fundamental en un vestuario. Yo he tenido a Fabio (Aurelio), he tenido a Emiliano (Moretti), y si jugaban ellos yo no estaba contento pero era el primero en apoyarles y les decía: 'mira, esto hay que hacerlo así'. Cuando tienes pasión, ser titular ya no es lo más importante. Más, contando con tantos partidos. Es mejor jugar 30 bien que 60 así, así.

– Habla usted de Fabio Aurelio y de Moretti ¿Qué pasó con José Enrique?

José Enrique es un chaval que llegó demasiado pronto porque luego ha tenido éxito fuera. Tenía una competencia alta, yo era una referencia para los entrenadores que venían y, para jugar en mi lugar se necesitaba algo más. Llegó demasiado pronto.

– ¿Transformó el Valencia Claudio Ranieri en su primera etapa?

Yo creo que la transformación empezó con Paco Roig. Todos tenemos defectos pero él entró con una ilusión tremenda. Si se cometieron errores fue por estar convencido. Encontró a Ranieri que puso orden a esta ilusión y ahí empezó todo.

– ¿Es cierto que Héctor Cúper les dijo 'si me hacen caso no recibirán ningún gol'?

No nos lo debió decir en los cinco primeros partidos porque perdimos todos (ríe). Él fue el primero en darse cuenta que era un equipo de luchadores a los que era difícil meterles un gol. Él, que había sido defensa en su época ,se dio cuenta de que la gran virtud de ese equipo era que encajaba pocos goles. Y él se aprovechó de su sabiduría. Prefería que el partido estuviera cero a cero porque tendríamos alguna oportunidad para meter un gol. Creo que para él ir cero a cero en el minuto 89 era lo máximo (bromea). Esta era una de las virtudes de ese equipo, encajar pocos goles.

– ¿Habló usted mucho con Gerardo en la primera Final de  Champions?

Cuando llega una final no hay mucho que hablar. No hace falta animar al compañero. Uno no duerme en toda la semana de antes. Lo que hay que hacer es intentar relajar a las personas. Llegamos con demasiada tensión, para muchos era la primera vez. Pagamos la tensión porque no se vio al Valencia que se estaba acostumbrado a ver.

– ¿Cómo vivió su ausencia? Imagino que fue uno de los golpes más duros que vivió como profesional

Como futbolista y como profesional sí, pero como persona fueron  15 días de los más bonitos que he vivido en mi carrera porque tuve el apoyo de muchísima gente, compañeros como Farinós y otros muchos, un apoyo incondicional. Hemos ganado títulos pero, con el tiempo, las cosas más bonitas son otras.

– ¿Y la segunda final?

La primera puede ser una sorpresa pero en la segunda todo el mundo nos esperaba. Volver a llegar fue la satisfacción más grande. Todo el mundo te trataba como un campeón y quería ganarte fuera como fuera y volver a llegar fue un trabajo tremendo

– ¿Ha vuelto a ver la final contra el Bayern?

Los penaltis alguna vez. Creo que la he visto dos veces nada más. He sufrido tanto. Cuando estás sólo puedes llorar aunque no lo parezca pero luego, los recuerdos son bonitos. Yo con el Valencia he llorado y he vivido los días de felicidad más tremenda. He visto la felicidad de la gente.

– Aquel penalti en Milán

El destino es así. Estaba convencido de meter gol… la toca con la mano, larguero y fuera. Muchas veces la toca con la mano, da en el larguero y va a gol…

– También la tuvo Zahovic…

Fue una verdadera pena por la cara de la gente

– Parece milagroso que un equipo como el Valencia con jugadores que no eran estrellas mundiales pudieran jugar dos finales de la Champions y ganarles Ligas al Madrid y al Barça ¿Cuál era la clave de tanto éxito?

Durante la semana. Es lo que le intento explicar a los chavales. Los partidos buenos se hacen durante la semana, no el día del partido. Durante la semana se construye el partido que viene, no vives la tensión del domingo y tienes que aprovechar para trabajar a más del 100%. El día del partido el trabajo físico es más bajo porque tienes más tensión. Era un equipo al que le gustaba los entrenamientos. Luego quedábamos para tomar algo y esto hace que no importe no tener a un Messi o a un Ronaldo. Cada uno intentaba tapar los defectos del compañero. Para mí todos eran grandísimos jugadores, todos. Siempre se dice que la hierba del vecino es mucho más verde pero yo, 'fuoriclasse' (superclase) he visto muy pocos. Buenos jugadores sí, pero 'fuoriclasse' no tantos y mira que he jugado contra Platini, contra Maradona… pero son muy pocos.

– ¿Quién es el mejor futbolista con el que ha jugado y cuál ha sido el más talentoso?

De talento hay mucho. Para mí, el jugador con más talento que he visto ha sido Ronaldinho. Sólo ha durado tres años pero como talento puro, los goles que ha hecho Ronaldinho no los ha hecho ni Messi ni Ronaldo. Pero el talento sólo no sirve. Aquí, en el Valencia he visto a Mendieta hacer cosas impresionantes, Ilie era un jugador que manejaba la izquierda y la derecha como si fueran la mano, Zahovic… Pero el talento también puede ser la fuerza de Ayala, la sabiduría de Baraja, la contundencia de Albelda.

– Muchas veces se achaca la falta de rendimiento en el campo a la desunión en el vestuario

Puede ser, es un motivo.

– Sin embargo en aquel vestuario tampoco eran todos amigos. Djukic y Cañizares…

Sí, pero en el campo se respetaban. Es imposible ser amigo de todos. Te digo más, cuantos más enemigos tienes, a veces, mejor lo haces. Primero viene el club y luego vengo yo, y ese era el lema de todos.

– Rafa Benítez fue un grandísimo entrenador…

Él se construyó con nosotros y nosotros con él. Él venía de ganar la Segunda División no venía del Manchester United. Cuando vino tuvo sus problemas porque entró en una plantilla en la que el más joven tenía 35 años (ríe). Cuando se dio cuenta de que la base era la fuerza del equipo y no el talento de los chavales el equipo empezó a volar otra vez. Todos los años parece que se iban los mejores pero se quedaban los abuelos y ése era el esqueleto del equipo. Los jóvenes daban aire a los abuelos.

– Con la política de las rotaciones de Rafa Benítez nadie se quejaba

De inicio no te creas. Luego cuando nos dimos cuenta  de que la rotación era un beneficio para todos nadie se quejaba pero de inicio…

– El jugador es muy egoísta

El egoísmo no es un defecto, tiene muchas facetas. En los delanteros es una virtud. Cuando él nos hizo entender que lo mejor para el equipo eran las rotaciones nos dimos cuenta de que era justo así.

– Doblete y mejor club del mundo al año siguiente. La alegría de aquela año no se pagar con dinero

Llegabas al campo y había 5.000 personas esperándote. Esto es una ilusión, es una fuerza, una adrenalina que es difícil de comprar.

– Aquella lesión de Vicente en Bremen fue el fin de una época

Vicente tenía una capacidad, una fuerza, una convicción. Me dio mucha pena esta lesión porque no se lo merecía. Estaba en su mejor momento y fue nefasto para el club.

.- ¿Volverán esos tiempos?

Claro que volverán . Es verdad que ahora, en el mes de marzo se juega el futuro del Valencia y deprenderá de las personas que estén.

EL FÚTBOL

– ¿Cómo italiano su referente futbolístico es el catenaccio o es un italiano diferente?

He tenido la suerte de conocer el catenaccio y el fútbol español en el que todo el mundo va hacia adelante. Digamos que estoy en una mezcla. Los equipos que ganan son los que encajan pocos goles. No he visto ningún equipo que haya encajado 50 goles que haya ganado la Liga y ésta es un prioridad importante. Pero también hay que atacar. No se puede atacar con sólo dos delanteros. Hay que atacar con cuatro o cinco jugadores. Por eso el entrenamiento es fundamental. Los futbolistas tienen que aguantar los 90 minutos y en cada partido hay que cambiar a la gente porque es muy difícil jugar dos o tres partidos seguidos al máximo nivel salvo excepciones.

– Los Valencia de éxito se han construido a partir de una buena defensa

Pero no sólo los cuatro que están detrás. La defensa consiste en que, cuando no tienes la pelota, todos estén intentando recuperarla empezado por el delantero.

– Cuando fue director deportivo del Valencia ¿En función de qué idea de juego construyó la plantilla?

La plantilla estaba bastante clara. Hay jugadores que querían marcharse y cuando un jugador te dice eso hay que dejarlo marchar. Hay unos que se querían marchar y hay otros que el entrenador no quería pero no lo dijo públicamente. Silva estaba sin contrato y se quedaba libre en seis meses. Su renovación fue bastante dura.

– Con usted fuera del club se produjo la llegada de Koeman y la fractura en el vestuario, ¿Cómo lo vio usted que conocía los entresijos?

–  Últimamente he visto que se han publicado cosas demasiado íntimas del club y no me han gustado. La verdad no se puede decir siempre. Hay flecos que se deben guardar para que todo el mundo esté contento. En aquella época hubo gente que pensó más en sí mismo que en el club. Yo llegué gratis porque la Roma me quería echar.  Firmé dos años y luego renovaba año por año. Al final me propusieron renovar otro año y yo propuse firmar dos años cobrando la mitad por año porque quería seguir siendo futbolista. Nunca hay que perder la perspectiva de que es el trabajo más bonito del mundo.

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