No sé si alinea a los mejores. Tampoco sé si pone a los que más en forma están. Lo que sí me parece es que juegan los que más creen en el proyecto.
La mejoría en el juego mostrada en Elche, el aceptable partido de Swansea y la capacidad para que a un equipo con problemas no le temblara el pulso en superioridad ante el Osasuna son algunas de las circunstancias que me hacen ver algunos brotes verdes en el invierno que ha vivido hasta ahora el Valencia.
No es el momento de lanzar las campanas al vuelo, pero sí el de reconocer que hay aspectos que mejoran. El más importante, bajo mi punto de vista, es el del acierto reciente del técnico Miroslav Djukic a la hora de confeccionar las alineaciones. No sé si alinea a los mejores. Tampoco sé si pone a los que más en forma están. Lo que sí me parece es que juegan los que más creen en el proyecto.
Fruto de esa dinámica de mejoría es la consolidación de Parejo como director del juego del equipo. Parejo es un futbolista que necesita continuidad y que hasta que no lleva cuatro o cinco partidos seguidos no da la talla. Ahora ya los lleva y se nota. Canales mejora, Jonas ha visto puerta y Bernat parece cada vez más necesario. Aunque prefiero a Joao Pereira, es cierto que las prestaciones de Barragán en el lateral
derecho son cada vez mayores y, sin desmerecer el trabajo anónimo realizado hasta ahora por Javi Fuego, hemos empezado a ver a Oriol Romeu.
Si a ello unimos que mantener la portería a cero puede haber dejado de ser algo excepcional, estamos ante unos mimbres suficientes para que las cosas empiecen a funcionar y, sobre todo, pueden propiciar una dinámica diferente. Hasta el partido contra el Valladolid tan sólo se pensaba en acumular puntos de manera inmediata como consecuencia de la desconfianza absoluta en obtenerlos en los dos partidos que cierran
el año, ante el Atlético de Madrid y el Real Madrid. No es que ahora vea fáciles estos compromisos, pero al menos me atrevo a pensar en que si estos equipos quieren superar al Valencia, se lo tendrán que currar. Es algo. Es lo mínimo. Es lo que hace pensar que estamos ante los primeros brotes verdes.
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