Bajar al barro

El equipo de Neville debe conseguir los 3 puntos si no quiere hundirse en la clasificación.


Hay resistencia por parte de la plantilla del Valencia para asumir que el objetivo, este año, pasa por evitar el descenso. Algo que tiene asumido el aficionado pero que, al menos en las declaraciones píblicas, no admiten los integrantes del primer equipo. Puede tener cierto sentido si lo que se busca en no entrar en una estado mental de ansiedad. Sin embargo, parece más razonable que los jugadores sepan lo que se traen entre manos y cuanto antes mejor. Ellos han generado esta situación, ellos deben asumirla y ellos deben salir de ella. Puede ser contraproducente seguir pensando en objetivos mayores. Hay que tener la suficiente humildad como para bajar al barro y, una vez allí, el suficiente orgullo como para salir adelante. Ha llegado la hora de la responsabilidad.

Y más, ante un rival como el Betis. Un clásico de la Primera División que también es un recién ascendido y que sabe manejarse mejor que el Valencia en entornos de necesidad. El equipo sevillano también ha tenido muchos vaivenes esta temporada. El hijo pródigo, el entrenador Pepe Mel, abandonó el barco ante la insistencia de los aficionados que un año antes reclamaban su presencia. El Valencia no es el único club con esquizofrenia. Y aunque el equipo verdiblanco no esté funcionando tiene jugadores como Ceballos o Rubén Castro con la suficiente calidad como para desequilibrar cualquier partido.

Por su parte, el equipo blanquinegro se debate entre la depresión perpetua o dar, de una vez por todas, un golpe en la mesa. Once partidos sin ganar en Liga (ocho con Neville) y la derrota por 7-0 contra el Barcelona dibujan al Valencia más débil de la última década con permiso de Ronald Koeman. La situación es de extrema gravedad.

 

El técnico inglés dijo en la rueda de prensa previa que no tenía preparada "ninguna revolución". Lo cierto es que pueden debutar como titulares en Liga los dos fichajes del mercado de invierno: Cherysev y Siquiera. También apuntan al once inicial Negredo y Abdennour que no estuvieron frente al Barcelona por decisión técnica. El técnico inglés no podrá contar con los lesionados Enzo Pérez, Alcácer, Bakkali y Javi Fuego. La ausencia de los dos mediocentros defensivos condiciona el centro del campo que estará formado, con toda probabilidad por Danilo, Parejo y André Gomes.

El Villamarín marca la línea entre un equipo de hombres y un equipo de niños. La juventud de la plantilla no es excusa porque es una apuesta premeditada del máximo accionista. Ha llegado el momento de salir del pozo. Ni siquiera vale un empate. Hay que mancharse de barro, revolcarse si es hace falta, pero los 3 puntos son innegociables.

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