Partido salvaje

Día grande en Mestalla que estará a reventar. El Valencia se enfrenta a su eterno enemigo que vive uno de los mejores momentos de su historia


Desde hace unos años no queda otra opción que mirar al Atlético de Madrid con admiración. Con envidia si se quiere e incluso con rabia pero irremediablemente se debe reconocer en el equipo colchonero lo mejor de lo que fuimos y lo que queremos ser. Por eso, esta tarde, a las 16.00 horas, se disputan algo más que 3 puntos en Mestalla: el Valencia se mira al espejo para calibrar en qué punto se encuentra.

La afición así lo ha entendido y el encuentro, en realidad, empezará dos horas antes. La Curva Nord está preparando un ambiente espectacular: recibimiento al equipo en su llegada al estadio, mosaico en las gradas cuando los jugadores salgan al campo y un cancionero para que todo Mestalla apoye al Valencia al unísono. Si la hinchada es capaz de marcar goles, el equipo de Nuno, antes de que empiecen los 90 minutos, ya irá ganando por, al menos, 2-0.

Sin embargo, como es lógico, las diferencias se marcarán en el terreno de juego y, en este punto, visto lo visto hasta el momento, el resultado final es una incógnita, el choque de trenes está más que abierto, se prevé un partidazo, un duelo salvaje.

El Atlético de Madrid lucha por no bajarse de la dinámica ganadora que le ha permitido obtener cinco títulos en los últimos tres años. Esto, aderezado con la final de la Champions y el título de Europa League obtenido por los colchoneros bajo las órdenes de Quique Flores, ha devuelto al club del Manzanares a la tercera posición de la clasificación histórica de la Liga. Desbancando, precisamente, al Valencia CF. Y por ahí, cualquier partido entre estos dos equipos tiene una carga de profundidad que se escapa de la cotidianeidad.

El equipo madrileño sustenta sus éxitos en la capacidad de liderazgo de su entrenador, en la mentalidad que traslada a sus futbolistas y en la competitividad que les inculca. Si en su día Benítez logró formar el mejor equipo del mundo con jugadores como Curro Torres, Angulo o Rufete, ahora, el Atlético de Madrid ha roto la bipolaridad de la Liga con futbolistas como Gabi, Juanfran o Miranda. El valor que tienen ambos proyectos está íntimamente relacionado con la grandeza del fútbol.

El Atlético de Madrid campeón de Liga y finalista de la Champions ha perdido a Diego Costa, Courtois, Filipe Luis, Diego, Villa o Adrián pero ha retenido al verdadero artífice de los éxitos: a Simeone. A cambio, además, se ha gastado la friolera de 95 millones de euros en reforzar al equipo. Los desembolsos más grandes los ha hecho por Griezmann (30 millones), Mandzukic  (22 millones), Oblak (16 millones), Raúl Jiménez (10,5 millones) y Siqueira (10 millones). Así las cosas parece que el Atleti, pese a dar señales evidentes de carencias futbolísticas, no ha perdido un ápice de competitividad y este año ya ha ganado la Supercopa de España contra el Madrid y a la todopoderosa Juventus en Champions League. La receta es la misma de siempre: intensidad y concentración. Además, está determinando mucho el buen arranque de campaña una capacidad inusual para sacar ventaja de las jugadas a balón parado.

Enfrente, el Valencia quiere  dar un golpe en la mesa, en la mesa de la Liga y en la mesa de la historia. El nuevo proyecto blanquinegro comandado por Nuno Espírito Santo quiere recuperar los valores que un día hicieron grande al club y que ahora luce orgulloso el rival de esta tarde. Lo dijo Nuno hace unas semanas "hay que alimentar el carácter: la comida es entrenar y el postre ganar el domingo". El técnico portugués quiere hacer un equipo obsesionado con la victoria a través del trabajo, del compromiso y la solidaridad entre sus futbolistas. De momento está yendo muy bien, e incluso se podría decir que sorprendentemente bien. El Valencia está demostrando hechuras de equipo consistente. El técnico ha conectado con sus jugadores y los procesos se han acelerado. El Valencia, a día de hoy, puede presumir de saber a qué juega, de tener un entramado defensivo sólido y de ser mortal en ataque. Hay motivos para pensar, pese a ser todavía pronto para sacar conclusiones a largo plazo, que estamos ante el nacimiento de un equipo que va a dar muchas alegrías a su afición. Y puede empezar, precisamente, esta tarde.

El Valencia presumiblemente presentará el mismo once que jugó el primer partido de Liga en Sevilla con el único cambio de Mustafi por Vezo en el centro de la defensa. Es el equipo tipo del entrenador portugués, el que le garantiza seriedad en defensa, equilibrio y calidad en el medio  campo y dinamita en ataque.

La afición, el escenario, los equipos… todo está preparado para vivir un partido salvaje.  

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