Veinte apuntes sobre un retorno a 2014

Mendes es lo más parecido a Dios que hay en los despachos del fútbol mundial: omnipotente (sólo hay que ver los movimientos del mercado en verano de 2014), omnipresente (cada vez gestiona los asuntos de más futbolistas, incluso aquellos que no pertenecen a Gestifute) y omnisciente (su red de contactos ‘controla’ todas las ligas potentes del mundo).


0. Este no es un artículo al uso. Tómenselo como una suerte de lista de la compra, anotaciones aleatorias, ideas sueltas, valoraciones 'random' o como mejor les venga a ustedes. Todo lo que viene a continuación está escrito del tirón.

1. Valencia es, con perdón, ‘pa cagarse’. No habían pasado ni cuarenta y ocho horas desde que el equipo obtuvo la ansiada cuarta plaza en Almería, y el primer incendio del verano (Otamendi) ya estaba arrasando el entorno.

2. Se ha olvidado rápido porque la actualidad ha servido de oportuno parapeto, pero el partido que se cascó el Valencia en el Juegos del Mediterráneo fue intolerable. El fogonazo de Alcácer ante un equipo con los dos pies en la categoría de plata fue la segunda vez que Paquito tira de épica (la primera fue hace un año ante el Basilea) para salvar al equipo sobre la bocina. El niño tiene el don de la oportunidad en los grandes días. Más allá de eso… preocupantísima imagen, al igual que ante el Celta la semana anterior.

3. Dicho lo cual, objetivo cumplido. Había que entrar en Champions por lo civil o por lo criminal, y la cuarta plaza te lo permite. Buen trabajo, chavales.

4. Por cierto, el Sevilla (ese que “no era rival por la Champions”, según los acólitos modernos de Nostradamus) había birlado la cuarta posición en la tabla a falta de diez minutos para el final del campeonato. La temporada de los hispalenses ha sido excelente, muy por encima de lo esperado como consecuencia de un entrenador que, tras cometer una y otra vez los mismos errores en Valencia durante cuatro temporadas (¡cuatro!), se ha cansado de meter la gamba. Ahora sí, sus equipos parecen haber aprendido a competir. Más vale tarde que nunca, aunque al valencianista de pie debería darle exactamente lo mismo. Con que el susodicho técnico no se revuelque por el césped de Mestalla como un enajenado, le basta.

5. El Sevilla podría coincidir con el Valencia en la fase de grupos de la Champions, siempre y cuando los blanquinegros superen la eliminatoria previa en agosto. Ojo con eso.

6. Vamos al lío: las declaraciones del agente de Otamendi, don Eugenio López, fueron lamentables en tiempo y forma. Un 'remake' del Mascardi más rancio. Muy desafortunadas. Sin discusión. Punto.

7. Pero, ¿qué hay del fondo de la cuestión?

8. López confirmó una información conocida desde hace meses en el entorno del club, pero que por unos motivos o por otros se había mantenido en segundo plano ante la necesidad de lograr el objetivo primordial: acceder a la Champions. Dicho ‘scoop’ implicaba a Otamendi, a su agente y a Amadeo Salvo en un encuentro en el que el argentino explicó al dirigente su intención de, en caso de oferta apetitosa, cambiar de aires en verano. Cada una de las partes ofrecerá una versión de los hechos ligeramente diferente, pero ese fue el fondo del asunto. Los propios compañeros del central, dentro del vestuario, conocían de sus intenciones. Sí, el jugador está más que adaptado a Valencia y ha cuajado una gran temporada. Seguir en el club no supondría ningún esfuerzo para él, al contrario. Pero, del mismo modo, tampoco colmaría sus aspiraciones de jugar en un gran club de la Premier League tras firmar el contrato de su vida.

9. ¿Mi teoría? El agente de Otamendi (que, insistimos, habla al cien por cien como portavoz del jugador) contraatacó de la mejor manera que supo tras leer o escuchar, días atrás y en los medios afines al discurso oficialista, que el central estaba feliz en Valencia, implicadísimo en el club y que estaba deseando seguir. Su reacción estuvo tan fuera de lugar que esa es la única explicación plausible, junto al interés en depreciar el valor del argentino para que, llegada una oferta en torno a 40 millones, el club la aceptase. El entorno del futbolista, y el propio Otamendi, ya habían dado previamente un paso adelante a la hora de desmarcarse de la entidad, tras pactar meses atrás con el departamento de comunicación del Valencia CF el no realizar declaraciones públicas. Las incendiarias palabras del representante no fueron más que otro paso hacia la puerta de salida, todavía más contundente.

10. El clavo ardiendo al que un sector de aficionados se aferra es que Otamendi saldrá pronto a dar la cara públicamente, desmentirá a su representante y romperá relaciones con él por haber actuado a su espalda. Suena mágico, ¿verdad? No va a ocurrir. Por desgracia, la realidad pega cachetes imposibles de esquivar: en diez años de profesión, apenas he conocido dos o tres casos puntuales de incongruencia entre jugador y agente. La sintonía entre las partes siempre es total, las estrategias comunicativas están más que consensuadas y la relación entre ellas lo suficientemente estrecha como para, en casi todos los casos, que el futbolista de turno considere al representante para de su familia.

11. Así las cosas, Nicolás Otamendi (son cincuenta millones) ha cometido un error de cálculo (son cincuenta millones) con el ‘timing’ y el canal escogido para pronunciarse (son cincuenta millones): Amadeo Salvo (son cincuenta millones) reaccionó rápidamente y con una contundencia igual o mayor (son cincuenta millones), reiterando que en el caso del argentino la ecuación implica, para los equipos interesados, o bien la cláusula o bien volverse con las manos vacías. ¿He dicho ya que, para aquel club que quiera ficharlo, son cincuenta millones?

12. Nota al pie: durísimo ‘papelón’ de aquellos que vejaron a Gayà, insultaron a Gayà, pusieron en tela de juicio a Gayà, ubicaron en la diana popular a Gayà… y que ni de lejos han mostrado ese grado de virulencia con Otamendi. Y no es que el argentino lo merezca, ni mucho menos. Echar a la gente encima de un futbolista (cuando el propio jugador es bien capaz, a través de sus actos, de hacerlo por su propia cuenta y riesgo) no es un comportamiento noble. De ahí que la gravedad de lo ocurrido hace apenas unas semanas con el valenciano sea todavía mayor.

13. La ronda de entrevistas con los medios de Amadeo Salvo también destapó, cuando ya el presidente se había ‘calentado’, un cierto grado de descontento soslayado con el papel intermediario y de perenne engranaje que ejerce Jorge Mendes. Marcar el territorio. “Mendes no es nadie en el Valencia”, dijo el directivo en Radio Marca. Oficialmente, tiene más razón que un santo: el superagente no tiene ningún cargo asignado en el club blanquinegro. Sólo (y es un ‘sólo’ tamaño XXL) es el asesor de Peter Lim, su ‘consigliere’ a la hora de acometer operaciones de mercado.

14. Mendes es lo más parecido a Dios que hay en los despachos del fútbol mundial: omnipotente (sólo hay que ver los movimientos del mercado en verano de 2014), omnipresente (cada vez gestiona los asuntos de más futbolistas, incluso aquellos que no pertenecen a Gestifute) y omnisciente (su red de contactos ‘controla’ todas las ligas potentes del mundo). Tan capaz de abrir los cielos para iluminar a un club con bendiciones en forma de refuerzos de lujo, como de asolar una entidad con las siete plagas en forma de medianías a precio de crack mundial. Y todo a golpe de telefonazo.

15. Según el agente de Otamendi, tanto él como su representado sólo negocian y han negociado “con Jorge”, un ataque verbal total y absoluto a la figura de Rufete. Según Amadeo Salvo, “Mendes puede contarle a Lim la película que quiera” respecto al central, y su cláusula seguirá siendo de cincuenta kilos. La política comunicativa del Valencia ha acabado por desnudar una situación que debería haberse normalizado desde el primer día. Mendes intercedió por Luis Vicente Douwens a finales de 2013 para su aterrizaje en el Valencia. También en las operaciones de Postiga, Pabón y Vezo. Y, pese a ello, el Valencia se empeñó en tratar de ocultar (aquel comunicado del 8 de noviembre…) al elefante portugués en el salón. En lugar de proclamar con orgullo que se trabajaba estrechamente con el mejor agente del mundo, se optó por negar la mayor.

16. Año y medio después, los hechos son los que son: Mendes estuvo presente en la reunión en la que se decidió prescindir de Pizzi, Mendes trajo a Nuno al Valencia siguiendo el deseo de de Peter Lim, Mendes ha mediado para la llegada de varios jugadores esta temporada (Enzo Pérez, Rodrigo Moreno, André Gomes, Joao Cancelo, Filipe Augusto), Mendes formó parte del ‘Team Valencia’ que Kim Lim fotografió en Singapur en marzo coincidiendo con la reunión del consejo del club, Mendes departió con Nuno y Lim en el Westin hace mes y medio sin la presencia de miembros de la dirección deportiva, Mendes ha promovido el fichaje de Cancelo por quince millones de euros y, en caso de que la salida de Otamendi sea finalmente en dirección a Old Trafford, Mendes habrá sido el intermediario y principal artífice de la operación. Neutramente, objetivamente, todo realidades.

17. Al hilo de Cancelo, no hace falta reiterar lo desorbitados que parecen quince millones por su fichaje. Una cifra que parecería menos abultada de considerar que, quizá, el luso pueda acabar siendo reconvertido a jugador de ataque, un interior derecho con llegada, velocidad y desborde. Su toque de balón es exquisito, y su juventud le hace tener un margen de mejora tremendo.

18. Pero los quince millones por Cancelo han sentado a cuerno quemado. Internamente, además. La (prudente y responsable) estrategia negociadora de Rufete y la dirección deportiva hace un mes (acabar la cesión y negociar con Benfica a la baja su fichaje por 8-10 millones de euros) ha quedado solapada por el ‘taco’ que se ha puesto sobre la mesa. “¿Quince millones? Como estos. ¡Pam!” Y claro, la dirección deportiva piensa en lo que cuesta convencer a un Otamendi (12 millones), un Mustafi (8 millones) o un Orban (3,5 millones), ‘trabajarse’ las operaciones y sacar jugadores interesantes a precio ajustado. Una forma de actuar, por cierto, de la que Lay Hoon Chan es fan confesa. A la presidenta del consejo, pragmática dónde las haya, la labor de Rufete le ha convencido. De hecho, sólo ella pudo parar los pies a Nuno en enero cuando el técnico reclamó “cambios estructurales” y la llegada de más fichajes. El criterio de ‘Rufo’ se impuso, y el tiempo le ha dado la razón con la cuarta plaza.

19. En definitiva, se avecina un verano interesante. Arranca, curiosamente, con un sabor a 2014 que tira de espaldas: apenas unos días de mercado y ya han ‘sonado’, como hace doce meses, los Falcao, Jackson Martínez y Chicharito de turno. En los próximos días se avecina una cumbre deportiva en la que todas las partes deben, de una vez, de ponerse de acuerdo en la forma de no pisarse la manguera los unos a los otros. Limar diferencias, delimitar parcelas, dividir responsabilidades y a trabajar. Otamendi no es más que la primera patata caliente de un centenar de días de ‘mercato’ en los que jugadores en duda (Negredo), renovaciones en marcha (Parejo), hombres que no tienen sitio (Cartabia o Vinicius) y posibles incorporaciones deben agitarse en una coctelera de capacidad limitada por el ‘fair play’ financiero, dando lugar a un puzle acojonantemente complejo en el que lograr la ansiada cuadratura de círculo va a resultar una tarea de orfebrería.

20. Y mientras tanto… Porxinos vuelve a asomar la patita, después del cambio de color político en Ribarroja. Y el patrocinador de la camiseta. Y Fenwick y el proyecto del Nuevo Mestalla. Sí… Definitivamente, doce meses no son nada. Esta ciudad es un ‘deja vu’ permanente que nos hace desear, por segundo verano consecutivo, que llegue cuanto antes el 15 de agosto y arranque la Liga de una santa vez.

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