El caso Bernat

El Valencia ha vuelto a cometer los mismos errores que con Jordi Alba


Es entendible que el aficionado valencianista esté decepcionado con Bernat. Es un golpe duro que alguien que siente los colores desde que nació renuncie a jugar en su club. Es cierto que para el Valencia, deportivamente, su marcha no es un drama. Ya hemos dicho en repetidas ocasiones que en Paterna, le das una patada a una piedra y sale un lateral izquierdo de nivel. Está, obviamente, Gayá, pero también Salva Ruiz, Rulo y Lato que, con 16 años, ya ha debutado con el Mestalla. Tener esa garantía no impide imaginar una banda izquierda formada por Gayá y Bernat dándose relevos al más puro estilo Jordi Alba y Mathieu. Ya nunca lo veremos pese a los cantos de sirena Glovales.

Asumida la decepción con el jugador y admitiendo que hay recursos, además de Cissokho y Guardado, para llenar el vacío dejado por el canterano, el problema es otro y tiene que ver con el dinero que ingresará el Valencia. Para empezar, se ha demostrado que no se ha actuado con diligencia a la hora de renovarle. Braulio no fue capaz de ofrecerle la continuidad en el Valencia antes de entrar en zona contractual peligrosa para el club y Rufete no ha sido capaz de seducirle una vez el jugador tenía la sartén por el mango. En segundo lugar, aun partiendo de una posición negociadora débil, obtener 11 millones de euros sobre 20 de la cláusula se antoja poco por un futbolista de 21 años con un potencial deslumbrante. Había otras opciones. La primera puede pasar por, con carácter general, revisar todos los contratos en verano y al jugador que le queden dos años venderlo o renovarlo. Sin más. También se podría haber obligado a Bernat a cumplir su contrato y, con la misma fe con la que se ha confiado en Nuno, esperar a que la llegada de Lim hubiera nivelado el ofrecimiento económico Bayern-Valencia. También el Valencia se podría haber quedado con el jugador a sabiendas de que el verano que viene es libre. Pierdes 12 millones de euros seguro pero conservas la dignidad como club. En otros casos  como el de Otamendi, 12 millones de euros nunca han supuesto un problema para algunos. La doble realidad que vive el Valencia emponzoña aún más la operación.

Por otro lado, no es muy edificante comprobar cómo gente que criticó sin paliativos la venta de Jordi Alba aplaude ahora la salida de Bernat o la intenta justificar. El caso contrario también es descorazonador. No es tan difícil mantener un criterio único en asuntos tan determinados y tan similares. Ahora parece ser que lo de Jordi Alba no fue un mal negocio en sí mismo. Lo que lo hizo malo fue la contratación posterior de Cissokho que supuso gastarse la mitad del dinero ingresado. Precisamente, el jugador francés, fue mentado por Amadeo Salvo para argumentar que la rentabilidad por Bernat es "absolutamente neta". Entonces qué.

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