Bankia, el viejo enemigo, vuelve a asumir el papel protagonista en el escenario de la venta.
Siempre es de agradecer que exista una comunicación por parte de la Fundación, una versión oficial de los hechos. Sobre todo estos días en el que las especulaciones se convierten en noticia. Sería mejor admitir preguntas pero algo es algo. La conclusión, oyendo a Aurelio Martínez ayer, es que la resolución de la venta es mucho más fácil de lo que se pensaba. Simplemente Bankia debe garantizarle a Lim "en dos líneas y a ser posible en inglés" que no va a actuar judicialmente contra él en el tema NewCoval. Así de sencillo.
Esta versión de los hechos deja al banco en muy mal lugar. Vuelve a ponerle en el centro de la diana e implica una contradicción evidente en la forma de actuar de la entidad financiera. Tres semanas de negociación para cerrar un acuerdo con Lim se van al traste y el riesgo reputacional vuelve a la palestra por no garantizar algo que parece al alcance de su mano. Si esto no es así ya pueden ir desmintiéndolo. Que saben hacer comunicados es evidente desde el día en que reventaron la Junta General de Accionistas faltándole el respeto a todo el valencianismo.
Aurelio trazó un escenario en el que conforme lleguen esas "dos líneas" se convocará el Patronato para ratificar la venta. Lim tendría de esta manera todos los cabos atados. Sin embargo, falta por conocer cuáles son las garantías que aporta el magnate singapurense en el contrato. Qué cláusulas existentes el 17 de mayo ya no están o cuáles son las cifras definitivas de la inversión. El presidente de la Fundación hizo referencia a un "problema de reciprocidad". Sólo queda exigir que así sea. Que se contenten las necesidades jurídicas de Peter Lim tiene que implicar contraprestaciones, por lo menos, las previstas desde un inicio. Y si no es así que se explique bien antes de que se finiquite la operación para estar prevenidos.
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