Aurelio

Para Aurelio Martínez ha sido un «honor luchar por el Valencia».


Aurelio Martínez es una persona con talante, conciliadora, con facilidad de palabra y sentido común. Vamos, el perfil de dirigente que el Valencia parecía condenado a no tener. Tal vez haya sido por la novedad, o tal vez por la necedad, pero lo cierto es que el presidente de la Fundación ha recibido improperios, como dice él, desde que empezó el proceso de venta. Y aún antes, desde que accedió al cargo. Le han atizado desde todos los frentes: el que le reclamaba las llaves, el que decía que era un hombre de Bankia, el que sospechaba que tampoco era tan valencianista, el que le ponía entre la espada y la pared a cuenta de convertirse en un traidor si no elegía una opción determinada. Aurelio, como el resto de los actuales dirigentes no cobra y su promesa de dimitir antes de que se consumara la venta descartaba los intereses personales y garantizaba su lealtad al bien común.

Ayer se mostró apenado "porque no se sepa aceptar la discrepancia. Una sociedad así no puede avanzar". Lo cierto es que el proceso de venta ha retratado a todos en este sentido: a los vencedores y a los vencidos. Hay que abrazar el mensaje de Aurelio para encarar el futuro, de verdad, con aires renovados.  

Esperemos que esta frase no sea la última gran aportación de Aurelio Martínez al club y que vuelva tras la dimisión. El valencianismo, aunque nos hayan hecho creer lo contrario, sí merece dirigentes así. De hecho, ayer, Aurelio se emocionó y los valencianistas con él.

Amunt Aurelio!

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