Las secuelas de la venta

La decisión está tomada bajo la garantía de Aurelio Martínez y ahora se impone avanzar


Parecía que la victoria de Peter Lim garantizaba la estabilidad social del Valencia CF, sin embargo, siguen bajando revueltas las aguas por la acequia de Mestalla. Hasta cierto punto es lógico que la oferta rusa, que asegura que su inversión es mayor que la oferta ganadora, quiera, de alguna manera, revertir la situación. Aún así, nos preguntamos qué hubiera sucedido si todo hubiera sido al revés. Si hubiera ganado Zolotaya Zvezda y fuera Salvo quien impugnara la decisión del patronato. Seguramente, al presidente del Valencia se le estaría acusando ahora mismo de no querer lo mejor para el Valencia y de entorpecer el buen funcionamiento del club por interés personal.

Desde este editorial, cuando el proceso derivó en un lucha personal entre Amadeo Salvo contra Bankia y la Generalitat, giramos la vista a Aurelio Martínez, confiando en su criterio como garante de los verdaderos intereses del Valencia. Así las cosas, Salvo ha encontrado la complicidad del presidente de la Fundación y, sorprendentemente, la de los otros 20 patronos. Una unanimidad que se pone en duda a las 24 horas.

El proceso ha terminado. Obviamente, como señalamos ayer, hay que analizar los flecos de la oferta de Lim y cabe entender que los rusos sigan luchando por lo que creen justo. Sin embargo, se impone avanzar. Ha sido un parto muy doloroso que ha fracturado al valencianismo.  Queda ahora cuidar entre todos al niño: un Valencia nuevo e ilusionante.

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