1 de abril de 2014

Hoy es el día, o no.


Nos gustaría decir que hoy termina el proceso de venta del Valencia CF pero puede ser más un deseo que una realidad. Saldremos de dudas, o no, a partir de las 16.00 horas cuando se cierre el plazo para presentar ofertas vinculantes. Para hacer una cronología de la venta del Valencia habría que remontarse a la transformación de la entidad como sociedad anónima , o incluso, a 1919. Pero, avanzando en el tiempo, nos situamos en el momento en que Federico Varona 'El Breve' se hizo cargo de la presidencia de la Fundación. La línea editorial de este periódico siempre ha estado cercana a estos planteamientos que luego reivindicaron Aurelio Martínez y Amadeo Salvo. Es decir, refinanciación y proceso de democratización del club. Una vez visto que Bankia rechazaba esta opción nos hemos mantenido al margen sin mostrar ninguna preferencia.

Sin entrar a valorar nombres propios se puede discernir entre dos tipo de ofertantes: los fondos buitres y los demás (ricos con pasión por el fútbol y fondos soberanos). En esta tesitura parece claro que al Valencia le interesa la segunda opción. El perfil de inversor que quiere relevancia social o colmar un capricho es mucho más atractivo para la entidad que aquellos que tienen como único fin extraer beneficio económico de su inversión.

Por otro lado, hay un punto en la venta del Valencia que no ha sido bien explicado o que genera dudas. Hace unas semanas un inversor fue expulsado del proceso por filtrar el contenido de la Virtual Data Room (página web en la que se volcó la información relativa a las cuentas del Valencia para que los posibles inversores conocieran la realidad económica del club). Se ha apuntado que fue fácil detectar quién fue el responsable de la filtración porque sólo hubo un inversor que consultó los datos de la Virtual Data Room. Si esto es así, cabría preguntarse por qué los demás inversores no tenían demasiado interés en acceder esta información sensible.

Éste es sólo uno de los aspectos poco claros de este proceso de venta que ha caminado entre sombras. Lo único que queda por pedir es transparencia. Aunque sea dentro de un mes, dos o tres, estaría bien conocer las interioridades de este momento histórico que está viviendo la entidad. Es el compromiso de Aurelio Martínez.   

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