En el próximo mes el Valencia se juega su existencia
Estamos viviendo uno de los momentos más trascendentes de la historia del club. La situación, en realidad, desde que Arturo Tuzón dejó la presidencia, ha sido insostenible. En los últimos tiempos el deterioro, por acumulación, había alcanzado niveles suficientes como para hacer desaparecer a la entidad. Más, teniendo en cuenta la coyuntura económica general. Los plazos se posponían pero ya no. Un año sin Champions por aquí, una sentencia judicial por allí y la ciclogénesis explosiva se ha desatado.
El rápido discurrir de los acontecimientos hace que se pierda la perspectiva. Hace seis meses íbamos a ser los románticos Borussia Dortmund y ahora queremos ser el Manchester City. Lo cierto es que la idea de la refinanciación y la democratización del club nos sigue pareciendo más atractiva que la de salir a subasta. Pese a la vorágine de los acontecimientos no se nos olvida. Sólo cabe esperar que el Valencia salga fortalecido de este punto de inflexión vital. Son demasiados años de inestabilidad.
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