El gigante dormido despierta

A las 20.00 horas hay convocada una concentración


Será una tarde especial para el valencianismo. Los aficionados tienen miedo cuando miran a su club, Miedo a que se venda a un liquidador. Miedo a la desaparición. Miedo a que el Madrid venga y te marque cinco. Miedo a un ridículo más. Por eso es un ejercicio imprescindible salir a la calle y reivindicarse. Se hace necesario por varios motivos. En primer lugar por cuestiones de salud mental, para combatir el temor mediante una catarsis colectiva liberalizadora. Para recuperar la autoestima por medio de la unión. Y, en segundo lugar, para llamar la atención de los que van a tomar la decisión de venta del club. Como demostración de poder que equilibre las fuerzas. Como advertencia para saber a qué se exponen en caso de que tengan la tentación de seguir sacando beneficio a costa del Valencia.

Hay quien dice que es un absurdo salir a la calle porque lo que hace falta es dinero. Incluso critican la convocatoria de esta tarde recomendando que si alguien quiere ayudar al Valencia lo que debe de hacer es poner los billetes sobre la mesa. No se dan cuenta de que son los aficionados los que sustentan económicamente a este club con dinero de su bolsillo. Que los derechos televisivos, los contratos publicitarios y demás fuentes de ingresos se obtienen porque al final de la cadena hay un valencianista gastándose su propio dinero. Más allá, por supuesto, del desembolso directo en acciones, abonos, o productos del club. Restarle legitimidad a la afición ‘porque no los pone’ o porque de ‘sentimiento sin dinero no se vive’ es, directamente, insultante. Faltaría más que no pudieran levantar la voz en uno de los momentos más críticos de la historia de la entidad.

Ya dijimos que una de las principales virtudes del comunicado emitido por la unión de colectivos ‘Afición Valencianista’ era la de haber hecho autocrítica. Sólo así se puede mejorar. Reconocen que llegan tarde para decidir la venta del club tras años de “pasotismo”. Pero más vale reaccionar tarde que nunca. Ha llegado la hora de reclamar lo que es suyo, ha llegado el momento de recuperar la dignidad.

Así pues, a las 20.00 horas, en la puerta cero de Mestalla, todo el que quiera podrá conocer al nuevo dueño del Valencia, al viejo, al único.

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