La Academia Gloval

La teoría es buena y es llevada a la práctica con muchas horas de trabajo.


Cuando se empieza a aplicar un método en una escuela de fútbol los resultados no pueden llegar antes de tres años. Existe, por tanto, una incertidumbre lógica en toda propuesta de este tipo en sus inicios. Estas dudas se pueden ir despejando observando el trabajo diario. Es decir, se puede valorar el proceso y, en el caso de Rufete y su equipo, está resultando muy interesante. Varios factores juegan a su favor: tienen la confianza plena de sus superiores y una excelente materia prima. También, a diferencia de sus antecesores, poseen recursos. Parece una obviedad pero es muy importante que tengan un plan y crean en él. Teóricamente el proyecto ya está explicado y suena bien: cuidar al jugador al máximo para poder exigirle, hacerle consciente del club en el que está y establecer relaciones entre todas las edades para reforzar los valores de unión y compañerismo. Cuando las ideas se ponen en práctica es cuando adquieren todo su sentido y los técnicos de la Academia no paran de trabajar. Sólo viendo el partido de ayer y lo sucedido durante el fin de semana, se pueden encontrar varios detalles que ejemplifican las pautas del modelo: El Mestalla va a ver al Valencia a Tarragona comandados por Rufete, Banega bromea con los chicos antes del partido contra los indonesios, Djukic se sienta en el banquillo junto a Nico Estévez, Toni Martínez con 16 años debura con el filial… La Academia Gloval no ha hecho más que empezar pero parece que la escuela del Valencia está en buenas manos.

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