Hechos contra la desconfianza

El diario A Bola desveló ayer las plusvalías que Jorge Mendes obtendrá con el fichaje de Danilo por el Valencia


La principal suspicacia que generaba la llegada de Peter Lim al Valencia era que el empresario singapurense utilizara el club para enriquecerse con la compra-venta de jugadores de forma desleal con los intereses deportivos de la entidad. Amadeo Salvo dijo una cosa (que Peter Lim era como el jeque del City, el del PSG o Abramovich) y la contraria (que Peter Lim iba a buscar rendimiento económico directo a su inversión). Así pues, más que las palabras, conviene seguir el 'método Mériton' y juzgar a partir de los hechos. Cabe recordar que Peter Lim decidió invertir 55 millones de euros en Negredo y Enzo Pérez, dos futbolistas a los que sólo se les puede extraer rendimiento deportivo porque, por edad, es prácticamente imposible que alguien pague más por ellos de lo que pagó el Valencia. Por otra parte, en el perfil de futbolistas jóvenes por los que el club ha desembolsado 15 millones de euros, Mériton tiene en André Gomes un caso de éxito que puede exhibir para generar confianza.

Ayer el diario A Bola desvelaba que Jorge Mendes compró el 90% de los derechos federativos de Danilo Barbosa hace un tiempo por 4,5 millones de euros y que el Valencia le pagará de forma obligatoria 14 millones al intermediario portugués a final de esta temporada para hacerse con la propiedad del jugador. El escenario ideal y el que por lógica debe perseguir Mériton es que en el corto plazo, el medio y el largo, gane todo el mundo, principalmente el Valencia. Es cierto que con el fichaje de Danilo, el único que ha sacado provecho a día de hoy es Jorge Mendes, entre otras cosas, porque ése es su trabajo. Ahora hay que esperar para ver si también acaba siendo una buena operación para el Valencia. El superagente portugués, seguramente, podría haber colocado al futbolista en cualquier otro equipo obteniendo el mismo beneficio que le ha reportado el club de Mestalla. Por otra parte, Nuno demostró el año pasado ser honesto y premió a los futbolistas por su rendimiento deportivo en vez de por su agente o por el dinero que había costado. El único caso que genera dudas en este sentido es el de Joao Pereira pero no se sabe a ciencia qué es lo que sucedió.

Todos estos argumentos nos conducen a decir que el nuevo máximo accionista merece un margen de confianza. Se ha ganado un tiempo de tregua para desarrollar su proyecto. Es cierto que los que ayer le adulaban hoy enseñan las garras y los que le descalificaban hoy se postran a sus pies. Sin embargo, lo único que importa es que el Valencia funcione y, de momento, no hay evidencias de que no vaya a ser así. Sin necesidad de ponerse ninguna venda en los ojos parece más recomendable, ahora mismo, remar todos en la misma dirección. Hay que ser generoso con cualquier futbolista que defienda el escudo del murciélago independientemente de su procedencia.

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