El equipo dirigido por Cristian Toro no ha tenido un buen mes de abril
Sucedió hace poco más de un mes. El Valencia Femenino encaraba los últimos siete partidos de la temporada en un posición de privilegio: tercero en Liga a un punto del Atlético de Madrid y a diez del FC Barcelona, líder de la clasificación. Por detrás, a cuatro puntos de distancia se asomaba el Athletic y, a lo lejos, a trece puntos, aparecía el Levante. Ahora, a falta una jornada para que acabe la competición, tras tres derrotas y tres empates, el Valencia peleará por asegurar la cuarta plaza contra el equipo granota.
Todo empezó con aquel partido en Mallorca en el que el Valencia sufrió un escandaloso arbitraje como ya denunciamos en su día. Queda en el debe del club no haber protestado públicamente como sí sucedió con el equipo masculino en San Mamés por muchísimo menos. Hay motivos para entender la frustración y el desánimo que generó aquel bochornoso espectáculo pero irremediablemente hay que concluir que al equipo le han faltado argumentos para superar aquello. Hay que cotextualizar y sumar más factores: las bajas por sanción y las lesionadas. Por otra parte, da la sensación de que al Valencia tampoco le vino bien que a principios de mes se supiera que el segundo clasificado de la Liga jugará el año que viene la Champions League. Tal vez esa noticia produjo algo de vértigo y desvió la atención de la filosfía del 'partido a partido'.
Ahora bien, la temporada, ni mucho menos, ha terminado. En primer lugar este domingo el Valencia debe certificar la cuarta plaza frente al Oviedo Moderno consiguiendo el mismo resultado o mejor que el Levante que recibe al Rayo Vallecano. El trabajo de todo el año, independientemente de lo que suceda en la última jornada, está ahí y está ahí para siempre. El Valencia, acabe cuarto o quinto, conseguirá su mejor clasificación histórica. Y después llegará la Copa de la Reina. En cuartos de final el equipo blanquinegro se enfrentará al Athletic. Será la oportunidad perfecta para hacer justicia al trabajo realizado a lo largo del año y para quitarse el mal sabor de boca que ha generado este final de Liga. Nos han robado el mes de abril pero todavía queda mayo.
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