Lo bueno y lo malo del Calderón

El partido dejó muchas lecturas pero, en general, cabe hacer una valoración positiva.


El Atlético de Madrid-Valencia cumplió con las expectativas: se anunciaba batalla y hubo mil y una guerras durante los 90 minutos. Tal vez el espectador poco informado esperaba ver algo más de fútbol entre el tercero y el cuarto de la Liga española pero los dos equipos tienen un estilo de juego muy definido y no pasa por hacer un tipo de fútbol vistoso. Desde una perspectiva valencianista se pueden extraer más conclusiones buenas que malas pero de todo hay.

Lo malo:

 Aunque hay que concederle el mérito al Atlético de Madrid por la presión ejercida sobre la salida del balón, lo cierto es que el Valencia fue una nulidad en la construcción de juego. Parejo no tuvo su día y Enzo Pérez y André Gomes no hicieron acto de presencia. Los futbolistas ofensivos, Piatti, Feghouli y Negredo estuvieron desasistidos y las pocas veces que entraron en contacto con el balón no tuvieron el acierto necesario para darle continuidad al juego. La consecuencia de todo esto fue que el Valencia apenas generó ocasiones de gol. Por otra parte, da la sensación de que ayer el Atlético de Madrid era una víctima propiciatoria. Queda el regusto de que se perdió una gran oportunidad de asaltar verdaderamente el Calderón. La victoria, además de los 3 puntos, hubiera tenido una fuerza simbólica muy importante de cara a afrontar el último tramo de la temporada. 

Lo bueno:

El planteamiento de Nuno impidió que el Atlético de Madrid generara oportunidades en la portería de Diego Alves más allá de los lanzamientos a balón parado. El Valencia, como mínimo, igualó en intensidad a su rival. Los futbolistas blanquinegros se mantuvieron firmes en el juego subterráneo, los intentos de intimidación y las batallas dialécticas. Tras jugar contra el Sevilla y el Atlético de Madrid da la sensación de que va a ser difícil que ‘chuleen’ al Valencia. Esto es una gran noticia porque es la única manera de ser competitivo y es una carencia que se había detectado en los últimos tiempos. Gayà volvió a deslumbrar. Esta vez en un gran escenario y en un partido muy exigente. El punto conseguido, teniendo en cuenta que se empezó perdiendo y valorando también el partido de Mestalla, es más que bueno. Y por último, cabe destacar el apoyo de la afición que se hizo de notar en el Calderón pese a que los miembros de la Curva Nord no entraron hasta el minuto 35 después de haber sido retenidos por la policía.

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