Huelga en el fútbol base

Este fin de semana los equipos de la Academia no jugarán competición oficial


El Gobierno, lógicamente, quiere que la actividad en los clubes de fútbol se fiscalice. Que las personas que trabajan se den de alta en la seguridad social. Una medida que entra dentro de lo razonable más allá de que se interprete como una medida para descontar parados. Lo cierto es que el fútbol no puede funcionar al margen de la ley.

Ahora bien, lo que se reclama es una especial sensibilidad y eso también es perfectamente entendible. A los pequeños clubes que sobreviven con lo mínimo, una medida de este tipo les descuadra totalmente su economía. Cabe tener en cuenta el esfuerzo que se hace y la gran labor social que supone tener un entramado de fútbol base tan rico.

Por eso se impone una solución en el que las dos partes cedan. El Gobierno debe hacer concesiones a los clubes pequeños de fútbol y crear una fiscalidad especial. Por otra parte, y sin querer extendernos demasiado, cabe recordar que los equipos de Primera División deben 300 millones de euros a Hacienda y que en toda esta polémica subyace el enfrentamiento entre el Gobierno y Ángel María Villar. Cabría exigir menos politiqueo y más sentido común.   

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