Ni consuelo ni excusas

El Valencia no aprendió nada de la eliminatoria contra el Rayo Vallecano


Si decíamos que la victoria contra el Madrid marcaba un antes y un después por el hecho de ser el primer partido del año con Peter Lim al frente de la entidad, ahora se puede asegurar que la eliminatoria contra el Espanyol es el primer fracaso de nuestra nueva vida. Y no ha tardado mucho en llegar. El hecho de que el Valencia pasara una hora anunciando la catástrofe (desde la expulsión de Mustafi hasta el primer gol perico) no facilita la asimilación de la derrota.

Se pueden poner muchas excusas diferentes y también se puede culpar a Mustafi, a Yoel, o a los dos. Pero el principal problema es que el Valencia no aprendió nada de la eliminatoria contra el Rayo Vallecano. Después de ese partido los futbolistas que pasaron por sala de prensa reconocieron que, tras el primer gol, se habían relajado. El dramatismo de aquel encuentro no sirvió para corregir el error. Frente al Espanyol en Mestalla el Valencia tuvo el mismo problema. Marcó un gol y bajó el listón de exigencia. Y eso es inadmisible. Además de la responsabilidad de los futbolistas se puede extraer la conclusión de que Nuno no ha sido capaz de transmitirle a su plantilla la importancia de la Copa del Rey, seguramente, porque él tampoco era consciente. Hasta los entrenadores rivales sabían lo que significaba el torneo para el Valencia. Tanto Paco Jémez como Sergio García, técnicos del Rayo y del Espanyol, plagaron sus equipos con futbolistas del filial y suplentes. La Copa no era su guerra y menos teniendo al Valencia CF enfrente.

El fútbol esta vez, a diferencia de la eliminatoria contra el Rayo Vallecano, fue justo. Ganó el mejor equipo en el global de la eliminatoria. El Espanyol jugó mejor que el Valencia en Mestalla y ayer asumió con naturalidad el papel de equipo ambicioso que le correspondía a su rival. La temporada del Valencia pierde toda su chispa y la nueva mochila carga con un fracaso que tiene sabor añejo. No hay consuelo y sólo queda desear que, esta vez sí, el equipo y su entrenador aprendan la lección. Y no, tampoco hay excusas: el Valencia se ha gastado mucho dinero en fichajes, este año no jugaba competición europea y los emparajemientos hasta la final eran muy favorables.   

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