Un partido para olvidar

Al Valencia se le puso muy de cara la posibilidad de ganar en Balaídos pero no supo rematar el encuentro


Comentábamos ayer que la Liga este año estaba muy polarizada, que los equipos que son competencia directa en la lucha por la Champions están sumando muchos puntos y que el Valencia debía ganar en Balaídos. Por eso, el empate obtenido en Vigo sabe a poco. Ahora bien, lo más preocupante vuelve a ser el juego desplegado y la falta de ambición.

El Celta dio la sensación de estar en crisis. A principio de temporada apuntaba a equipo revelación del campeonato pero seis derrotas seguidas minan la moral de cualquiera. El Valencia, ante eso, debía haber hurgado en la herida y no conformarse. El equipo se fue al descanso con un resultado muy positivo y salió después excesivamente conservador. Fue el Valencia el que permitió que el Celta creciera. Se le dio vida a un equipo desahuciado.

La conclusión más negativa es que el los blanquinegros no han aprendido las lecciones de Riazor, Ciudad de Valencia y Granada. El Valencia está regalando demasiados puntos. Tiene un problema evidente fuera de casa contra equipos teóricamente inferiores.

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