Los gestores del fútbol español maltratan al aficionado que va al campo
Hablábamos el viernes de que este fin de semana era especialmente exigente para los equipos de las principales categorías del Valencia CF. Ayer hubo pleno: cinco victorias en cinco enfrentamientos. Así pues, la responsabilidad queda hoy para el juvenil B, el filial, el femenino y el primer equipo. Una intensa jornada dominical que tendrá su punto culminante a las 17.00 horas.
Horario con antiguo sabor futbolístico. Cuando ir al campo era un hábito y no requería una planificación exclusiva en función de una decisión tomada dos semanas antes. Las cinco no es un horario mejor o peor que otro. El valor que tenía era la seguridad y la posibilidad de crear una rutina. La Liga de Fútbol Profesional descuida a los aficionados que van al campo y privilegia a los que ven el fútbol desde casa. Pese a que 90% de los abonos de temporada del estadio son más caros que una suscripción a un canal de fútbol de pago, se supone que los aficionados que acuden al estadio son menos rentables para la industria. Es lógico: en Mestalla caben 48.000 personas y todo el mundo tiene un televisor en casa. Se podría decir que no son lo suficientemente imaginativos como para detectar que no hay por qué elegir. O que no son lo suficientemente avispados como para copiar los modelos de las ligas europeas* que hacen compatible el buen trato a los dos tipos de aficionados (que, por otro lado, en muchos casos es el mismo). Pero en realidad, el motivo por el cual en España se discrimina al aficionado que va al campo es por una alarmante falta de empatía social.
*En Inglaterra también hay bastante dispersión de horarios. Esto es debido a la naturaleza de algunas de sus competiciones que admiten partidos de vuelta en caso de empate en el primer encuentro. Y pese a esto, los seguidores ingleses tienen más posibilidades de estructurarse el calendario futbolero que el aficionado español.
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